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  • Foto del escritorWinifreda

Nación aún no terminó los alteos


A UN AÑO DE LA INUNDACIÓN La Pampa sufrió hace un año y días una descarga de agua de lluvia que fue popularmente definida por los antiguos pobladores y conocedores de la provincia como “la más grande de la historia” debido a que no había precedentes de registros pluviales con esas características. Las precipitaciones de fines de marzo superaron la media anual de 600 milímetros en pocas horas y como consecuencia las rutas nacionales 188 y 35, dos de las arterias más transitadas de la provincia, estuvieron interrumpidas y bajo agua durante meses. Sólo los habitúes conductores y productores agropecuarios, que utilizaban estas vías para llegar a sus campos, se subían al pavimento pese al pésimo estado y al peligro que traía consigo circular en esas condiciones.

Hoy, a un año de que las rutas se vieran completamente tapadas por el agua, el Gobierno de la Nación no terminó ninguno de los alteos. En el medio de este inconveniente, la Dirección Nacional de Vialidad no sólo tenía deudas con las localidades damnificadas por el retraso de los trabajos, sino que también llegó a adeudar más de 800 mil pesos en adicionales para los policías pampeanos que custodiaban y dirigían el tránsito en los alteos de la ruta 35 en Embajador Martini y Winifreda.

En contraposición, el Gobierno Provincial avanzó rápidamente -a través de la Dirección Provincial de Vialidad- en la ejecución de las obras necesarias en las rutas cortadas, entre ellas las rutas provinciales 2, 4, 9, 7, 14 y 101. Como si fuese poco, el propio gobernador, Carlos Verna, dispuso hacerse cargo de la obra de alteo en el Bajo Giuliani -jurisdicción de la DNV-, lugar donde los trabajos continúan hoy día y en donde puede verse un letrero de grandes dimensiones con la leyenda “La Pampa trabajando para la Nación”.

Desastroso.

El 28 de marzo del año 2017 las precipitaciones forzaron la restricción total de la circulación de vehículos en el kilómetro 388 de la ruta nacional 35, entre las localidades de Winifreda y Eduardo Castex, donde llegó a circular 1,20 metros de agua por encima de la cinta asfáltica. Pocos días después (el 5 de abril), el intendente de Castex, Julio González, había solicitado a las autoridades nacionales comenzar una obra para paliar la situación. Esa obra consistía en un alteo provisorio en los 700 metros de arteria que yacían completamente anegados. Sin embargo, debieron transcurrir cinco meses desde la catástrofe para que la DNV comenzara con las tareas correspondientes. Mientras tanto el estado actual de dicho alteo es desastroso. No sólo no se terminó, sino que está golpeado y serruchado, con piedras sueltas que se constituyen en peligros constantes para los automovilistas. Medios de la zona indicaron que aún no hubo información oficial que asegure que el tramo será pavimentado, o mínimamente acondicionado.

Falta repavimentar.

El pasado 2 de abril -un año hoy- las grandes precipitaciones y los afluentes que ingresaban desde otras localidades situadas “aguas arriba”, produjeron el desborde de la laguna Chadilauquen en Embajador Martini, anegando por completo 1.500 metros de asfalto sobre la ruta 35, a escasos metros del ingreso a dicha localidad. Sólo los locales transitaban por dicha arteria donde el agua superó ampliamente los 70 centímetros de altura y el tránsito estuvo interrumpido por más de ocho meses. Actualmente, en Martini, las obras estarían terminadas -conforme a la información publicada días atrás por digitales de la región norte-. La empresa bahiense a cargo de los trabajos colocó los guardarrails, puso la cubierta de ripio y en el lugar dejaron de prestar servicios los adicionales de la Policía Federal Argentina que suplían a los efectivos de la fuerza pampeana luego de que Verna decidiera que, a partir del 7 de enero, dejaban de prestar colaboración. Este fin de semana también se retiraron del lugar los operarios de Vialidad Nacional y ambas manos quedaron disponibles para ser transitadas con precaución. Sin embargo el tramo comprometido aún no se ha repavimentado.

Rancul.

Ese mismo 2 de abril, Vialidad Nacional informaba que en la ruta nacional 188, a escasos metros del ingreso al casco urbano de Rancul, el tránsito quedaba completamente interrumpido y que sólo podían circular los vehículos “pesados”. Pocos días después del corte -los vecinos debieron transitar por largo tiempo a través de un camino alternativo-, el intendente Horacio Castro criticó duramente a Nación por haber hecho “oídos sordos” a los reclamos planteados. “Estuve al lado de Frigerio y no nos dio ni bolilla. No le dio importancia al reclamo. Nos sentimos humillados”, había expresado en su momento el mandatario comunal. A raíz de la problemática hídrica la arteria nacional estuvo interrumpida al tránsito durante ocho largos meses. Recién a mitad de julio se decidieron por iniciar la obra, las cuales estaban supervisadas por la DNV. La obra aún está inconclusa -aunque se puede transitar por un sendero hecho sobre la misma ruta-, está en manos de la empresa Mapal, comprende un tramo de 900 metros y “consiste en la construcción de un pedraplén de avance para evitar futuras anegaciones en la zona. Posteriormente, se colocará una base de concreto asfáltico, se realizará la pavimentación del tramo y se ampliará a un metro la banquina pavimentada para mejorar las condiciones de seguridad y circulación. El plazo de ejecución de los trabajos es de 90 días y demandará una inversión nacional de 30 millones de pesos”, anunció en su momento el Ministerio de Transporte de La Nación.

Una respuesta más rápida

No sólo las rutas nacionales que atraviesan La Pampa sufrieron inconvenientes por el avance de las grandes masas de agua, sino que varias de las arterias provinciales también resultaron con serios inconvenientes. Sin embargo, la acción del gobierno pampeano, a través de la Dirección Provincial de Vialidad, fue mucho más ágil y rápida. La Provincia invirtió más de 200 millones de pesos en la construcción de terraplenes y alteos por las inundaciones, sólo en arterias provinciales. Mientras que los trabajos se hicieron en la ruta 4, a la altura de Arata, donde se hizo un terraplén de 90 centímetros y 17 metros de ancho. La ruta 9, entre Caleufú y Luiggi, donde se realizó un alteo y el gobierno ya anunció el final de la obra con pavimentación correspondiente. También se alteó la ruta 2, entre Ingeniero Luiggi y Embajador Martini y se hizo otro levantamiento de ruta a la altura de Vértiz, en la 101. Cabe destacar que también se hicieron trabajos en la ruta 14 (Bajo Giuliani) y en el alcantarillado de la ruta 102, en Metileo. Se debe recordar que el mandatario pampeano se quejó porque, por las demoras en los trabajos de las rutas nacionales, el deterioro de las rutas provinciales fue mayor, debido a la carga vehicular.

Capital aislada.

La capital pampeana tuvo sus días de quedar aislada luego de que la ruta nacional 5, entre La Gloria y Uriburu, permaneciera al menos por un mes cortada al tránsito luego de que reventara el terraplén de tierra debido al fuerte viento del norte. Consecuentemente, el agua llegó a cubrir la cinta asfáltica. En su momento, la empresa Cipsa construyó en las banquinas del tramo de los kilómetros 561-562 un muro de contención con toscas y nylon para evitar que el agua avance sobre el pavimento. La masa de agua llegó a pasar unos 50 centímetros por encima de la cinta asfáltica. La Arena

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