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“Cuna y Barrio fue una escuela”

  • Foto del escritor: Fernando “Catuto” Ojeda
    Fernando “Catuto” Ojeda
  • 21 feb 2017
  • 9 Min. de lectura

Actualizado: 15 nov 2021


Entrevista a Hugo Villalba- por Fernando Ojeda.

En una tarde noche de este frío mes de agosto de 2016 nos encontramos con Hugo Villalba para charlar sobre la historia del Cuna y Barrio, un equipo de fútbol, un grupo de amigos que supo darle vida al pueblo junto con otros equipos de fútbol del pueblo. Esta entrevista nos puede adentrar en parte de muchas otras historias que hacen a la vida del pueblo, Winifreda. Hugo Villalba desde hace muchos años vive en Winifreda, se desempeña como maestro mayor de obras y como profesor en la educación para adultos en colegios de la vecina ciudad de Santa Rosa.

foto: Hugo Villalba, Carlos Roldán, José "Machi" Montero, Jorge "Valuca" Isa, Alberto Oscar "Beto" Sanso, Ricaro "el ruso miyo" Ostapchuk, Hector "Maidana" Ponce, Luis Nuñez. Manolo Matalia y Tucho Biglia salen atrás del equipo saludandose. DT del equipo cuna y barrio fué Guillermo "Guillo" Sanso

Cuna y Barrio fue un equipo de fútbol, un grupo de amigos que hubo en el pueblo de Winifreda, La Pampa, conformado por chicos nacidos entre los años 40-50. Es decir que el Cuna y Barrio existió desde mitad de los 50 hasta 70.

Tuvimos la oportunidad de entrevistar a uno de los integrantes de ese grupo de amigos que conformó ese famoso equipo de fútbol del pueblo. La charla se dio durante una tarde noche del mes de agosto de este año. Mario Hugo Villalba es un winifredense que se crío muy cerca del Ferrocarril y se crio con todo el piberío que andaba por esos años poblando las calles y los terrenos del ferrocarril.

Tienda de Abraham Isa

“Para nosotros la calle del ferrocarril fue muy significativa, esa calle corre a todo lo largo del pueblo, en esos años era de tierra, era la calle más importante del pueblo. Había negocios, estaba el Banco Nación. También estaba la calle Sarmiento, como una de las más importantes. Sobre la calle Sarmiento estaban negocios como los de García Gómez Rouco, Casa Mirosni, Casa Fernandez, la tienda de Abraham Isa, la heladería El Paraiso del padre de Jorge “Baluca” Isa*…”.

Las calles en esa época más que de tierra eran de polvillo. Hugo sigue con su relato: “Cuando uno ingresaba al pueblo ni bien uno llegaba, sobre la mano izquierda, ya había allí una canchita de fútbol, frente a lo que en aquella época nosotros llamábamos el conventillo, las 14 provincias. Ese conventillo es en la esquina donde hoy está la casa de Valeria Moyano, donde está la casa del Tuchín. Allí vivían muchos de mis amigos. A mitad del ferrocarril había otra canchita de fútbol y más hacia el este, yendo para Mayer, otra canchita que nosotros le decíamos la canchita del Chupete, porque Vicente Mosman era el que animaba a los chicos a que se juntasen a jugar. Yo vivía en aquellos años donde hoy está la casa del Patito Martin, ahí enfrente teníamos la canchita, y preferíamos jugar entre los galpones del ferrocarril que eran los límites de la canchita y no se nos iba lejos la pelota”.

“La calle del ferrocarril tenía algo, tenía una línea de eucaliptus que iba de punta a punta del pueblo y convertía a esa calle en una larga calle arbolada con sombra y para nosotros, en verano, era como un imán. La policía nos corría...”

Hugo continua con su relato, mate de por medio, algún cigarrillo, es de hablar pausado, se toma algunos minutos para no perder detalle de lo que su memoria le trae de aquella época donde las redes sociales se hacían en la calle y en el barrio “también había otras canchas, como la canchita de Guarda la Tosca, que en esa época la habían hecho los Smith, los Stremel, los hermanos Kisner, los Retch. La cancha de Cuna y Barrio estaba cerca del tanque de agua que está en los terrenos del ferrocarril. Los que eran parte de esa canchita, Beto Sanso, yo, el tucho, los chicos detrás de la vía, los Pacheco, el Turi, el Pedro, Abel, Daniel Arrevillaga, los Prado, Oscar Rojo, los Gabellota, los Tartaglia y se sumaban los Isa, los Lince, Juan Carlos Meyer, los Cases -Lona, el chique y el Goyo, el Yayo- el Bocha Vicente, los chicos del conventillo, Lali Ponce, Maidana Ponce, el gallego Ponce, y estaban los más chicos como el Vago, Elvio, Choco y el Bruja Ponce, el Machi Montero, Guillermo Funes, el Pata Schamber, y solía llegar el Piche Araujo; todos nos juntábamos en la canchita. Eso era sobre el alambrado del ferrocarril, esa sombra de esos eucaliptus hacia que nos pusiéramos a jugar en la calle. Había una gran cuneta que cuando llovía el agua del pueblo iba a parar ahí y eso hacía que surgieran otros tipos de juegos, como los barquitos que armábamos y jugábamos con esos barquitos en el agua de la cuneta.”

Hugo nos cuenta que esos eucaliptus los sacaron cuando los terrenos del ferrocarril se lotearon y parquizaron toda esa parte. En esos terrenos, en la canchita o en otras de los terrenos del ferrocarril se juntaban los pibes que llegaban desde la canchita de Guarda la tosca, los de Villa Moscú que era los que se juntaban con Chupete Mosman y ahí jugaban todos. “Le decíamos así Villa Moscú por el origen de los apellidos, Shall, Pascal, Mosman, Schuallier, Morell, Rach…”.

“Nosotros conformamos un cuadro, al lado de casa (donde ahora vive Ricardito Mena) había una casilla de madera y una construcción en ele de adobe y ahí vivía la familia Sanso. Doña Barbarita y Martin Sanso, su hija Manuela Sanso que es la mamá de Carlitos, Silvia y Atilio. Guillermo, Coco y Beto Sanso (él era de mi edad). Guillermo era una persona muy especial, una persona que le gustaba mucho los chicos. El Guillermo estaba siempre con nosotros y nos iba guiando. Él era especial, era peronista, le gustaba el tango y el fútbol. Él se había ido a vivir a Buenos Aires y cuando volvió lo hizo con muchos conocimientos, de todo y del fútbol también. Él nos enseñaba, admiraba el fútbol brasileño, en el 58, el 62 Brasil había sido campeón. Lo mismo con el fútbol argentino, había jugadores de la talla de Angelito Rojas, Perfumo, Artimes, De la Mata, Hermindo Onega. Pero en si nuestro referente era Guille, no solo a nivel del fútbol, sino de los caminos que uno tiene que llevar en la vida. Nosotros además de jugar al fútbol durante el día, en las noches nos juntábamos a charlar en el Casino y ahí escuchábamos a Guille. Compartíamos lecturas, jugábamos a las cartas, al ajedrez, escuchábamos música, nosotros seguimos la tradición de otro grupo que venía juntándose como Hugo Álvarez, el mismo Guillermo, Barcat Isa, Caitos Legnani, Arturo Ormachea, Esvir Isa. Nosotros éramos adolescentes y Guille ya era grande. Él era muy tanguero, él siempre nos hablaba del barrio y de la cuna, eso era muy típico del tanguero, no había que olvidarse de la cuna y del barrio. Bueno algo de eso vos decís en el cuento, no hay que olvidarse de donde es uno y la vía era eso servía para irse y para volver y ahí mismo estaba nuestra calle, que era la antigua ruta 10. De ahí de todo eso surge el Cuna y Barrio. Respecto de los referentes que teníamos o tomamos de esa época fue Evita y el Che Guevara. Y Claro el mismo Guillermo fue siempre nuestro referente. Con el entendimos el modo en que se movía el mundo. Él nos orientó”.

Las lecturas que compartían, según Hugo Villalba, eran lecturas de todo tipo, retiraban libros de la Biblioteca Popular Sarmiento, que siempre ha tenido muy buen material, según Hugo. “El tipo de lecturas que hacíamos era progresista y humanista”.

“En esa época no había muchas cosas como entretenernos, los municipios de aquella época no tenían tanta actividad como ahora, entonces hacíamos nuestras propias actividades de manera autodidacta”. En lo que respecta a diarios llegaban La Capital de Santa Rosa, La Arena de Santa Rosa, La Voz Norte de Castex, La Reforma de Pico y Zona Norte de Pico. Y por ferrocarril llegaban de Buenos Aires, La Nación, La Prensa Y Diario El Mundo. “Nosotros éramos todo de la misma edad y las tareas de la escuela la hacíamos todos juntos, ya que íbamos todos juntos a la escuela.

Dentro del equipo de fútbol teníamos como máximos jugadores en calidad al Lelo Isa y el Beto Sanso, el resto acompañábamos”. Hugo recuerda los amigos de Cuna y Barrio, observa la foto y nos deja saber “en la foto estoy yo, Carlos Roldán, Machi Montero, Jorge Isa “Valuca”, Beto Sanso, Maidana Ponce, Luisito Nuñez, Ricardito Ostapchuk “el ruso miyo”. Él era más chico igual que el Vago Ponce y el Choco pero siempre andaban con nosotros. Con el ruso Miyo íbamos a la misma escuela en la técnica, y el como era más chico yo era un poco su padrino y siempre andaba mandándose alguna.

En aquella época llega al pueblo Coqui Carnicero y fue uno de los que impulsó el futbol, pero además innovó muchas cosas buenas en el fútbol, pensó el fútbol de manera integral, pensó la dieta, el entrenamiento, fue uno de los que impulsó la idea de que los chicos tenían que ser considerados en las prácticas del fútbol. Él fue el que impulsó los campeonatos del Babi Fútbol. Por esa época el Guille Sanso se tuvo que ir a laburar a la cosecha al sur, entonces Chiche Dal Santo que tenía una panadería armó un cuadro de fútbol, con los chicos del Cuna y Barrio y le puspo Torta Negra. En ese equipo jugamos muchos. Nosotros teníamos 8 o 9 años.

La panadería es la que ahora tiene el Oscar Rhil. Los que jugábamos éramos: el Nolito Wiggenhauser, Lali Ponce, Tito Calvo, Hugo Frank, Neira y yo. Ese fue el equipo de babi fútbol de Torta Negra y ese año fuimos campeones.

Del equipo nuestro los que tenían buen pie era Daniel Arrevillaga, Lelo Isa, Beto Sanso, Juancito Lince que acompaño a Daniel a jugar a Buenos Aires. Como equipo jugamos todos juntos hasta el 68- 69. Después todos nos fuimos yendo a estudiar y a trabajar.”

De los integrantes del Cuna y Barrio Hugo recorre los nombres y nos asegura que se podrían volver a juntar. Solían realizar trabajos en las cosechas, de albañil. Es decir, eran pibes de barrio, de juntadas nocturnas, de laburos al jornal. Recuerda que siempre tenían problemas con la policía porque no los dejaban jugar en la calle. Tenían cancha, pero les gustaba jugar al fútbol en la calle y otro de los problemas era que solían irse a bañarse en el tanque de la Feria- Hugo se refiere al tanque de la feria donde se remataban los vacas, chanchos. Recuerda que eran rebeldes, y que con el correr de los años esa rebeldía fue trasladada en sentido político. Cree que gran parte de esa orientación fue por las enseñanzas que les fue dejando Guille Sanso. Les dejó el mensaje no solo al interior del equipo de fútbol sino en todas las cosas de la vida.

Villalba dice que Guillermo fue muy respetado, que solía tener muy buena sintonía con su padre Mario Villalba, ambos habían jugado en Buenos Aires.

Guillermo muere muy joven, Hugo se encontraba fuera de la provincia, y lo recuerda como un formador de conceptos de vida. Compartían no solo el fútbol, sino también el andar en bicicleta. Se solían juntar en la plaza donde la tierra allí estaba más firme, el resto de las calles eran guadales. La bicicleta la compartían en la plaza. Jugaban al vóley, al ajedrez, uno de los referentes era el mismo padre de Hugo, otros eran Isidro y Tití Lince, Esvir Isa y un señor árabe que tenía una tienda, ese señor era Dahir. Esa tienda estaba ubicada donde ahora se encuentra la veterinaria de Prado. Otro de los lugares donde se juntaban a jugar al ajedrez era en el hotel Cervantes, conocido en el pueblo como “el hotel de José” y también se juntaban en la Biblioteca Popular.

Recuerda Hugo que en aquella época el fútbol se vivía con fanatismo, pero con mucho sentido del compartir, se hacían relámpagos, el fútbol era lo que hacía que todos nos encontrásemos. En aquella época la gente de campo tenía sus escuelas y sus equipos de fútbol. Lote 13, Lote 20, La delfina, Bajo Paloma, El Guanaco, entre otros.

“Otra de las cosas que hacía que nos juntáramos era para ver la pasada de las carreras de Turismo Carretera.

Los clásicos del Cuna y Barrio eran con el equipo del Chupete (Villa Moscú). “Había un clásico entre Lona Cases y el Guillo Sanso, eran partidos de cabezas, se disputaban esos partidos en la calle, los dos eran muy buenos cabeceadores. Entre otras cosas Guillermo había inventado un poema para incentivarnos, el que se acuerda bien de ese poema es Juancito Lince”.

Al finalizar la entrevista Hugo Villalba nos dijo, “para mí el Cuna y Barrio fue una escuela”

ACLARACIÓN DEL AUTOR: ESTA NOTA SALIÓ POR VEZ PRIMERA EN LA REVISTA DE LOS AMIGOS DEL MUSEO DE WINIFREDA, EN LA EDICIÓN ESPECIAL DEL AÑO 2016 . SU REPRODUCCIÓN DEBE SER INFINITA PUES NO HAY AQUI FINES COMERCIALES A SI QUE QUIENES PUEDAN PUEDEN BAJAR ESTA ENTREVISTA Y REPICARLA POR TODOS LOS MEDIOS QUE A UDS LES SEA POSIBLE.- ACCEDÍ A HACER ESTA ENTREVISTA LUEGO DE MUCHAS CHARLAS CON QUIEN ES MI AMIGO Y REFERENTE EN LA VIDA, DIGNA PERSONA DE MI CONFIANZA Y DE MUCHAS PERSONAS QUE LO CONOCEN A HUGO VILLALBA.

ADEMÁS DE ESTA ENTREVISTA HAY UN CUENTO QUE LLAMÉ ‘CUNA Y BARRIO’ QUE FUE PUBLICADO POR PRIMERA VEZ EN LA REVISTA POLÍTICA Y CULTURAL marcha.org. ar. TAMBIÉN ESE CUENTO FUE PUBLICADO CON CORRECCIONES EN LA EDICIÓN DE LA REVISTA DEL MUSEO DONDE TAMBIEN SALE ESTA ENTREVISTA.

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