Buscando en lo más profundo de sus recuerdos, plasma en palabras llenas de sentimientos, dos versos que son vivencia propia, y tal vez, la vivencia de todos nosotros.
En la serie de poemas en 10 minutos, el winifredense Dario Lobos nos regala éstos dos escritos llenos de amor y nostalgia.
Las manos de mi padre
Las manos de mi padre
Fueron un mapa del trabajo,
Manos callosas y fuertes
Que con el paso de los años,
fueron manos temblorosas
Y aún así esas manos
Siguieron acariciando,
rústicas, de tanto campo,
De caballos, frío, arados,
para lograr con destajo
Que nunca nos falte nada,
Y nunca nada ha faltado.
Jamás una mala cara,
"Fulbito" y un arco a arco,
dónde para él, mis goles,
eran placer y remanso
Y si bien de San Lorenzo,
Tu equipo…tu equipo amado,
Querías que mí River siempre,
Ganará algún campeonato
Solo para ver mi sonrisa,
La que conservo en los años,
Si hoy que la vida aprieta,
necesito de sus manos,
De su voz, su compañía,
De sus consejos tan sanos.
No puedo volver el tiempo
Para quererte mi viejo,
con pasión y sin pecado,
A la derecha de Dios,
Seguro estarás cuidando,
A mí familia toda,
A tu nieta, mi esposa y a este hijo,
A mi madre y a mi hermano,
Vuelvo hoy sobre esas faldas,
Su tibieza y su regazo
A subirme a ese tractor,
A sentir olor a cardos ,
Y ese niño ya grandote
De sueños ahí en el campo,
Recordando amigo padre,
Y están en mi aquellas manos,
Hoy y siempre en mis retinas,
Volveré sobre mis pasos.
Tantas veces lo ví cansado
Y sin embargo él hacía
Un tiempo para hamacarnos,
para jugar con nosotros
Ese rico y fiel pasado.
Hoy esas manos no están,
Y sin embargo en el alma
Siento esas manos callosas,
y también sus nobles brazos
Qué desde otra dimensión
Me estará dando su abrazo.
D L JULIO 2022
