El día sábado decidimos salir a la ruta hacia el sur de Santa Rosa y con un clima muy agradable emprendimos el viaje hacia Lihue Calel, el paisaje del monte pampeano y los ñandúes acompañaban nuestro viaje.
Luego de recorrer 80 kilómetros paramos a pasar el día en el balneario de Utracán, llegamos al lugar y la sombra de chañares de su camping nos permitió descansar. La temperatura del día llegaba casi a los 30° así disfrutamos de esa hermosa laguna salada, aunque con poca agua y con una proveeduría cerrada. El horario permitido es hasta las 18:00hs. por lo que, luego de pasar una hermosa tarde, seguimos el viaje hasta la ciudad de General Acha, pasamos por un hermoso parque, comimos unas exquisitas empanadas y alquilamos un lindo departamento a un precio razonable.
Al día siguiente, emprendimos nuestro viaje hacia las sierras de Lihue Calel, el pésimo estado de la Ruta Nacional N°152 hacía nuestro viaje un poco mas largo.
Al llegar al Parque Nacional Lihue Calel, fuimos recibidos por un guarda parque que me preguntó: “¿Tienen reserva?... . A lo que contesté: “No”. De todas formas pudimos ingresar a éste hermoso Parque Nacional que cuenta con mas de 32.000 hectáreas y nos informó que el horario es de 08:00hs hasta las 17:00hs. También nos dijo que si recorríamos algún sendereo y luego queríamos ir a otro, debíamos estar antes de las 15:00hs. en el lugar de informes.
Cargamos agua de nuestro bidones, ya que le agua del lugar no es potable y tampoco cuenta con un lugar donde comprar agua y alimentos. El primer lugar que se nos ocurrió fue la Piedra Movediza natural que se encuentra en el Parque Nacional, pero al estar en un área protegida, hay que contratar un/a guía privado, con previa reserva. Finalmente decidimos ir a al “Valle de las Pinturas Rupestres”. Emprendiendo la marcha al lugar, el aroma de las flores silvestres, sus arroyitos y manantiales era increíble. Un agua muy natural que nos permitió refrescarnos en la acalorada tarde del día domingo. También pudimos observar varias especies de aves que acompañaban nuestro camino y los guanacos que nos miraban asombrados desde lo alto de las sierras.
A pocos kilómetros del lugar estuvimos en la vieja casa y hasta un cementerio indio. Finalmente llegamos al lugar de las Pinturas Rupestres, un lugar fascinante y lleno de historia que marca la presencia de las culturas preexistentes que habitaron el lugar hace miles de años.
Como el tiempo para recorrer el lugar es muy corto, emprendimos la vuelta y antes de las 15:00hs. como nos dijo el Guarda parque, llegamos al centro de información y emprendimos la caminata hacia el punto mas alto de las sierras como lo es el “Cerro de la Sociedad Científica” con 580 Metros de altura, el camino se encontraba señalizado y la subida se hacía cada vez mas dificultosa, por sus piedras resbaladizas, pero la ansiedad que teníamos al llegar a la sima hacía que nos olvidáramos del “dificultoso” camino, una vez en la cima la vista era increíble y los jotes comunes y reales aparecían, como también sobrevoló por unos minutos un águila mora sobre nosotros, un regalo de la naturaleza.
Luego de parar en la cima y observar éste hermoso punto panorámico del Parque Nacional, el horario nos decía que debíamos descender de inmediato para cumplir con el horario establecido por las autoridades del Parque.
Luego de llegar a la oficina de informes del Parque, descansamos unos minutos y seguimos con nuestra travesía hacia el “CENTRO DEL PAÍS”, el viaje se hacía un poco cansador por el mal estado de la Ruta Nacional N°152, llegando a la pequeña y descuidada localidad de Puelches, las emblemáticas chivas nos recibían sobre la ruta, el centro del país estaba cada vez mas cerca!.
Una vez en el lugar, vimos un monolito muy abandonado y le pregunté a uno de los habitantes del lugar de qué se trataba y me dijo que era un monumento al Cacique FRANCISCO ÑANCUFIL CALDERÓN, uno de los últimos caciques en sobrevivir a la última, sangrienta e injusta “Conquista del Desierto” comandada por el general Julio Argentino Roca y otros comandantes como el general Nicolás Levalle, el general Juan Manuel Campos, entre otros…. Éste último militar fue quien derrotó a Ñancufil Calderón y asesinó a muchas personas. Pese a todo, el cacique siguió viviendo en Puelches y luchando por su gente el cual logró diversas mejoras para el Pueblo del Puelches. El recorrido seguía y el centro del país estaba a sólo unos metros, pero no sin antes pasar por el puente del Río Salado, el que ya –al igual que el Atuel- trae muy poca agua a nuestra Provincia… .
Preguntamos a otro habitante y nos indicó donde estaba ese lugar, el cual se encuentra a pocos metros de la deteriorada Ruta Nacional N°152, en medio de un basural y muy abandonado… . Tomamos un par de fotos y el sol comenzaba a decir: “Adiós”, por lo que pedimos agua caliente y unas personas muy amables nos brindaron el vital elemento. Me fijé cuanto tenía de combustible y decidí cargar en General Acha, porque el valor de la nafta en Puelches ronda arriba de los $170,00.
Emprendiendo la vuelta, pasamos por la capilla de piedra, construida a mediados de los años 60, en homenaje al Padre Angel Buodo, la misma también se encuentra cerrada y muy descuidada.
Entre un paisaje semidesértico y una Ruta Nacional en pésimo estado, finalmente llegamos a General Acha y cenamos unas exquisitas milanesas de ciervo.
Finalmente la vuelta hacia Santa Rosa fue muy tranquila y el recuerdo que nos queda de estos lugares increíbles que tiene La Pampa, hacen que valoremos cada día mas a nuestra Querida Provincia que cuentas con lugares muy ricos en naturaleza e historia y alberga un patrimonio cultural increíble, aunque muy poco aprovechado por quienes dicen representarnos y gobernarnos… .
