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  • Foto del escritorFernando “Catuto” Ojeda

Ezequiel Obert 25 años con “Esperanza” el taller de danzas folclóricas de la Municipalidad

Ezequiel Obert nació en Winifreda en 1980, su mamá es Regina Kaiser, hermana de Gaspar y de José, su papá fue “El Napo” Obert, tiene una hija llamada Esmeralda y un hijo llamado Aarón, su pareja es Sabrina Acuña, este cronista tuvo la oportunidad de charlar con Ezequiel sobre su trabajo en el Taller de Danzas Folclóricas de la Municipalidad de Winifreda llamado “Esperanza”.

Cronista: Fernando “Catuto” Ojeda
Ezequiel Obert con su hija Esmeralda y su hijo Aarón


_Me pusieron Gerardo Ezequiel, esas cosas que se les ocurre a las madres, a los padres, mi vieja siempre me dijo que Gerardo Ezequiel combinaba bien que por eso me pusieron así, lo cierto es que todos me llaman Ezequiel. Mis hermanos son los mellizos Fabián y Daniel que son mayores a mí, los tres nacimos en Winifreda, y el menor Emiliano que nació en la ciudad de Santa Rosa, todos varones.

Más o menos cuando yo tenía 4 años papá y mamá deciden mudarse a la ciudad de Santa Rosa. Y bueno me tocó hacer primaria y secundaria allá. Las vueltas de la vida hicieron que volviera a mi pueblo natal.


Ezequiel y su pareja Sabrina

_ Igual vos siempre volvías al pueblo, vacaciones de invierno y verano te venías a pasar tus días acá.

_Si, para los que nos tocó vivir en una ciudad venir al pueblo y vivir la tranquilidad de un pueblo es algo tremendo, el despoje de los horarios, era vivir otra libertad. Yo que tenía a mi hermano y a mi abuela, la única regla de horario era a las 12 se almuerza. Podíamos callejear todo lo que quisiéramos pero a las 12 había que estar en la mesa.

Mis dos abuelas se llaman Rosa, la abuela que vive, es Rosa Standinger, que es la mamá de mi mamá. Todavía la tenemos con nosotros.


_Ezequiel, hago un salto en el tiempo y voy a tu vocación, la de ser bailarín y profesor de danzas folclóricas. Contanos ¿cómo surge?

_Fue un poco casual, empiezo el secundario en el colegio de la Universidad Nacional de La Pampa, ahí en Santa Rosa. La cosa que no me va muy bien...

-Ezequiel ríe con cierta timidez y continúa-

_Entonces tengo que pensar en otro colegio, en otra escuela secundaria. Tenía mi mejor amiga, que era vecina, y ella estaba en el Polivalente de Arte, y ella estaba en la modalidad de danzas folclóricas. La cosa que me gustó, además el colegio era chico, y en aquel momento tenía la fama de ser el colegio de los repitentes. Sin embargo los que permanecimos es porque nos gustaba la parte artística. Además a ser un colegio chico todo se volvía como una familia grande. Me quedaba un poco lejos, pero bueno éramos jóvenes, comía y volvía al colegio. Después ya empecé en el Mamüll Mapú (Ballet Mamüll Mapú), así que solía salir de la escuela y hacía tiempo cerca de donde tenía que ensayar con el ballet. Eso era más o menos por el año ’95, y se ensayaba en esos años en el salón de la Cooperativa de Electricidad de Santa Rosa, que está por Raúl B Díaz, después hubo otros lugares donde nos tocó ensayar. Una vez que empecé me atrapo.


Ezequiel baila junto a su hija Esmeralda

Ezequiel Obert nos aclara que antes de llegar e integrarse al Ballet de danzas folclóricas Mamüll Mapú, pasó por el cuerpo de danzas que coordinaba Luis Bedetti un amigo de su padre, sin embargo fue paso por el cuerpo de danzas de Bedetti fue breve. Ezequiel nos comentó que tenía que ver con que en dicho grupo eran todas personas mucho más grandes a él y por ello luego se fue a Mamüll Mapú donde había jóvenes de su edad, por aquel entonces Ezequiel rondaba los 15 años de edad. 
Mamüll Mapú fue uno de los Ballet de danzas folclóricas que a mediados de la década del ’90 viaja a Europa a realizar presentaciones allí y Ezequiel Obert tuvo la posibilidad de ir junto con dicho ballet del que formó parte en aquellos años.


_En el ’96 sale la propuesta para el Mamüll Mapú de ir a actuar a Europa, más precisamente a Francia, a un evento llamado Festival del Mundo, en aquel entonces yo andaría en los 16 años, y todos rondábamos en esa edad los del Mamüll, los más grandes estaban en los 18, 19 años, mayores a 19 años no había, porque en aquel entonces el Mamüll contenía a infantiles y jóvenes y después venían los adultos que se los llamaba “categoría especial”. Así fue que en ese primer viaje fuimos a Francia, fueron 20 días. La empresa con la que fuimos también nos dio dos días en Madrid y también nos dio un día en Islas Canarias. Esos días fueron días de descanso. Fueron 20 días en que tuvimos que cumplir horarios, teníamos los horarios para comer y llegar a tiempo a diferentes pueblos o ciudades donde tuvimos que actuar, bailar, era un festival en diferentes lugares de Francia. Tuvimos la suerte de poder quedarnos en casa de familias, 3 o 4 de nosotros por familias, éramos en total 45 personas las que viajamos. Éramos 30 bailarines y 15 músicos, porque el ballet bailaba con la música en vivo ejecutada por nuestros músicos. Mamüll Mapú representaba las danzas de todo el país, de Sur a Norte y de Este a Oeste.


Todo ello implicó tener una variedad de trajes y de instrumentos muy importantes. Los festivales empezaban a las 8 de la tarde, y a esa hora en Francia ya cenan, era algo que no parábamos, así fueron aquellos días. Los profesores responsables que viajaron fueron Aldo Andrada y Rosa Ponce, ellos eran los directores de Mamüll Mapú. En el año ’98 surge otra vez la posibilidad de ir, para entonces es cuando empiezo a dar clases acá en mi pueblo. Que en ese tiempo viajo a dar clases, y también en ese tiempo trabajo con mi hermano Fabián que tenía una empresa de comisiones con “El Pato” Martínez. En principio ahí hago todo la parte de cafetería con “El Ruso” Waiman que es el quien viaja a Santa Rosa primero haciendo las comisiones de la empresa.


_Perdón Ezequiel, en ese entonces, ¿empezaste dando clases de manera autónoma o a través del municipio?

_La Municipalidad me brinda la posibilidad, en ese momento estaba en cultura del municipio Claudia Visbeek. Primero el lugar del Salón donde sesiona el Concejo Deliberante, y después nos cambiamos al comedor. Durante mucho tiempo solo di folclore a Infantiles. Fue una experiencia muy linda, había chicos, pibes de comportamientos tremendos, un tremendo lindo viste, era la picardía infantil buena, ver como ellos siendo niños tomando la actitudes de cualquier bailarín adulto a la hora de bailar era algo muy llamativo y lindo, todo fue muy gratificante.


Ezequiel hace una pausa, guarda unos segundos de silencio, toma un mate y sostiene:

_En el folclore de nuestro pueblo siempre hubo un plus, ese plus fue el entusiasmo en chicos y grandes con el que siempre llegaron y llegan al Taller de Danzas Folclóricas “Esperanza”. En nuestro taller además de aprender lo tradicional, se aprende el folclore estilizado, porque así aprendí yo. Por otra parte tuve la suerte de poder estudiar en el Bellas Artes, eso me permitió conocer la raíz de determinadas danzas que de otro modo quizá no lo hubiese podido conocer. Lo que yo tuve que hacer como responsable del taller adaptar todos esos conocimientos y que sean entendidos por los chicos del taller, porque ellos asistían a un taller, y no a una academia.


Por aquellos años Ezequiel calcula que hubo alrededor de una veintena de chicos y chicas que asistieron al Taller de Danzas de Folclore.


Ezequiel ¿en que momento comenzás a trabajar con los adultos en el folclore?

_Fue para el año 2010. Se conmemoraba en cada parte del país el Bicentenario de la Patria, y yo en aquel momento estaba como responsable del área de cultura del municipio. Tuve la suerte de convocar y se reunieron 18 parejas. Entonces coordiné un Pericón con las 18 parejas. Entonces cuando vi el entusiasmo pensé y si seguimos, porque una cosa cuando sos chico y te mandan. Como responsable (profesor) uno observa que algunos chicos o chicas iban al taller porque lo mandaban, y cuando sos adulto vas porque así lo deseas o lo querés. Así cuando terminó la actuación de aquel grupo los convoqué para la otra semana y la respuesta fue muy positiva, porque no fueron en ese momento todas las parejas pero sí que fueron bastantes y con el correr de los días, del tiempo se fueron sumando nuevos integrantes. Al principio las clases en ese entonces eran en el salón de actos de la Escuela N° 104.


La experiencia es muy linda, y mantenerse con un grupo de personas adultas durante tanto tiempo no es fácil porque cada uno tiene sus obligaciones y cuando llegan las 8 de la noche de estar toda una jornada trabajando que tengan energías y ganas de ir a un taller de danzas folclóricas la verdad que es algo muy lindo, muy valorable, por eso a veces el número de integrantes es variable. Hoy día solo trabajo con jóvenes y adultos.


Las clases del Taller de Danzas de Folclore “Esperanza” se desarrollan martes y jueves de 20: 30 horas a 21:30 horas. Sólo que suelo ir un ratito antes siempre por si hay nuevos integrantes entonces con los que recién se integran ese ratito antes se va recuperando lo que sus compañeros ya saben o vienen aprendiendo. Hace 13 años que estamos con adultos y jóvenes.


Ezequiel Obert junto al cuerpo de danzas del taller municipal de danzas folclóricas “Esperanza”

_Ezequiel ¿cuál es el género de danzas que más te gusta a vos?

_A mí lo que más me gusta son las danzas del sur, las sureras, una huella, pero lo que estoy dando son muchas danzas norteñas, más festivaleras porque es lo que suele generar mayor atracción cuando uno está aprendiendo. Trato de ir compensando, a mí me encanta las danzas de nuestra región pampeana, los que me conocen saben.


_¿El taller tiene algún tipo de costo, los que asisten tienen que abonar algo?

_No, es gratuito en ese sentido. Hubo dos años que no había recursos para el taller e igual lo di de modo gratuito durante dos años. Así durante esos dos años igual hubo taller y se consolidó el grupo. Por otro lado en ese año nos propusimos entre todos hacernos de trajes, porque yo siempre baile pero la pilcha que usaba para bailar cuando estuve en otros grupos nunca fue mía. Entonces en un momento pensé y se los propuse vamos a trabajar para que cada uno pueda tener su vestimenta de baile. Ahora porque pensé en ello, porque uno no quería uno no de parte del municipio que siempre nos había dado la posibilidad de seguir con nuestro grupo, ahora debo decir que tengo que agradecer a la Muni porque en ese sentido nunca nos dijo un no. Es decir, no había plata, pero nunca nos dijo un no para que vos lo hagas. Entonces nosotros podíamos hacer empanadas, que hacíamos cada 15 días, el pueblo colabora porque cuando es para algo así siempre hay colaboración, y hacemos eventos, y además este tipo de actividades une y consolida el grupo.


Respecto de lo que es el aprendizaje en si de las danzas folklóricas es mucho más difícil aprenderlas de grandes que cuando se es niño, y eso creo que lo vuelve mucho más loable la voluntad de los adultos a la hora de aprender las danzas. Por otro lado ya está todo inventado, nosotros lo que hacemos es buscarle la vuelta para que lo que hagamos se haga lo mejor posible y lo más lindo posible. Lo bueno en el grupo de adultos que los que llegan es porque así lo quieren, nadie es mandado como cuando uno es niño. Es aprender y pasarla bien. Somos un grupo que integra, por ejemplo si dentro de una pareja conformada viene el hombre y la mujer no porque no le gusta, bueno cuando nos reunimos a comer algo o a hacer alguna otra actividad que no tenga que ver con las clases de danzas bueno que esa persona se sume a nuestras actividades recreativas, somos o intentamos ser un grupo de integración en todos los aspectos. Es muy importante que estemos unidos, valorar el apoyo que viene de la casa, tiene que ver con un sentimiento de unión en todo lo que hacemos.


_Ezequiel ya que estamos hablando de lo que implica estar en un grupo de danzas, ¿les das material histórico, teórico de las diferentes danzas que hay o no haces mucho hincapié en ello?

_Se a lo que te referís, más que nada cuando nos ha tocado participar de algún certamen, sobre todo cuando nos ha tocado o nos toca realizar presentaciones en torno a lo tradicional, no así cuando es estilizado. Saber el tipo de vestimentas para cada región, todas esas cosas se suelen tener en cuenta para los certámenes. Si la vestimenta que se usaba era blanca, natural o si tenía un rojizo o un color amarillo de donde provenían esos colores, como se lograban, por las diferentes telas que había y que se usaban en su momento. Saber que los colores muchas veces provenía por ejemplo del uso de la remolacha, porque es el modo en que se les daba color a vestimenta antes. Todo este tipo de cosas, de saberes son importantes de conocer y aprender y recurrimos a los libros para tratar de hacer las cosas bien. En el taller en general para lo que nosotros nos proponemos aprender habitualmente no es de lo que nos ocupamos, sino más bien aprendemos las figuras que se pueden emplear en las diferentes danzas folclóricas.


_Ezequiel ¿qué es para vos la danza? más allá de que es un trabajo.

_Para mí la danza es compañerismo, es amistad, es compartir, descubrir, porque con la danza y en la danza se descubren un montón de cosas, es aprender a conocer, a intercambiar, es encontrarse con las amistades. Vas a una peña y te encontrás con amistades que hace mucho que no ves y ahí es cuando volvés a encontrarte.


Con el taller además de aprender danzas hemos aprendido a trabajar juntos, es poder compartir un objetivo y sentir las buenas energías de poder estar juntos por la danza y por todo lo que ello implica, aprendimos de las peñas que no nos fue del todo bien a nivel económico y de las que nos fue bien. El grupo de danzas tiene un sentimiento de compañerismo que nos hace pasarla bien cada vez que nos encontramos en las clases, en los eventos y en las peñas.


_La última Ezequiel, te he visto bailar Malambo, ¿qué significa el Malambo respecto de las danzas?

_El Malambo es una disciplina aparte de la danza. Yo me dediqué más a la danza, he hecho Malambo, he competido pero nunca de forma individual. Porque está el Malambo en conjunto, en cuartos, yo siempre fui por ese lado. Ese vendría a ser un Malambo combinado, por lo menos de 4 personas, en ese si he participado. Lo he hecho, es una disciplina muy exigente.



Ezequiel Obert, desde hace 25 años se desarrolla en la enseñanza de danzas folclóricas, trabaja en la Municipalidad de Winifreda y también tiene por oficio ser pintor de casas y restauración de aberturas y muebles de madera. El oficio de pintor Ezequiel lo aprendió con su hermano Daniel (uno de los mellizos). Fue en el año 1998 cuando empezó a desarrollarse en este oficio por necesidad. Fue ese año también cuando Ezequiel fue nuevamente a Europa con el cuerpo de danzas Mamüll Mapú. Allí pasaron 2 meses, recorrieron Francia, dentro de aquella estadía también estuvieron 2 días en Rusia, más precisamente en Moscú. 

Este cronista rescata el sentimiento de Ezequiel Obert: “la danza es compañerismo, es amistad, es compartir…”, las clases de danzas se desarrollan los días martes y jueves de 20:30 horas a 21:30 horas en el salón de la Sede del Club Social y Deportivo Winifreda que se encuentra en la esquina que forman las calles Primera Junta y Rivadavia.


 
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