El Gobierno elimina el peso mínimo obligatorio de faena: una política con casi dos décadas de vigencia llega a su fin
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A partir del 1° de enero de 2026, los productores ganaderos podrán decidir libremente el momento de faena de sus animales.

En una decisión que marca un punto de inflexión en la política ganadera argentina, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación derogó este martes una serie de normativas que, desde 2007, regulaban los pesos mínimos obligatorios de faena en bovinos. La medida, publicada en el Boletín Oficial, forma parte del proceso de desregulación del sector agropecuario que impulsa el Gobierno nacional y se aplicará plenamente a partir del 1° de enero de 2026.
La normativa anulada formaba parte de una batería de políticas implementadas por la administración de Cristina Fernández de Kirchner, con el objetivo de aumentar la oferta de carne vacuna en el país. En sus inicios, la disposición estableció que los animales de las categorías mamones y terneros (tanto machos como hembras) no podían ser faenados si el peso de la res con hueso era inferior a los 165 kilogramos. Más adelante, durante la gestión de Mauricio Macri en 2019, se flexibilizó el criterio para las hembras, bajando el mínimo a 140 kilos, mientras que se mantuvo el límite original para los machos.
Con esta nueva resolución, el Gobierno considera que esas restricciones ya no tienen sentido en el contexto actual. “Los productores cuentan con los conocimientos técnicos, la experiencia y las herramientas de gestión adecuadas para determinar el momento óptimo de faena en función de sus propios objetivos productivos, comerciales y sanitarios”, señala el texto oficial.
Fin de una era regulatoria
La eliminación de los pesos mínimos obligatorios representa el fin de una de las intervenciones más emblemáticas en la cadena de producción cárnica nacional. Según especialistas del sector, la medida abre la puerta a una mayor flexibilidad para adaptarse a diferentes modelos productivos y condiciones regionales, aunque también genera debates respecto del impacto que podría tener sobre la oferta cárnica y la calidad del producto final.
La resolución aclara, sin embargo, que las infracciones cometidas antes del 1° de enero de 2026 seguirán su curso bajo la normativa vigente al momento de los hechos. Esto significa que los procedimientos administrativos iniciados o en curso por violaciones a los pesos mínimos seguirán su trámite legal correspondiente, sin ser alcanzados por la nueva disposición.

Un nuevo escenario para el productor
Con esta modificación, se busca devolver a los productores la autonomía para tomar decisiones clave sobre el manejo de sus rodeos. El momento de faena, hasta ahora regulado por el Estado, pasará a ser una decisión estratégica más dentro de la gestión productiva ganadera.
Este cambio se enmarca en un proceso más amplio de liberalización económica y desburocratización que impulsa el Gobierno, y es observado con atención por toda la cadena agroindustrial. Los próximos meses serán clave para evaluar el impacto de esta transformación en los precios, la disponibilidad de carne en el mercado interno y las exportaciones.