Sanción histórica en la Liga Cultural: diez años de suspensión para el jugador que agredió al árbitro
- La Pampa
- hace 22 horas
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La Liga Cultural de Fútbol aplicó una de las sanciones más duras de su historia al suspender por diez años al futbolista Enzo Yair Figueredo, del club Matadero por la Lealtad, luego de que protagonizara un brutal episodio de violencia contra el árbitro Shair Salomón durante un partido de la Primera B, disputado el pasado domingo 1 de junio frente a Centro Oeste.

El hecho conmocionó al fútbol pampeano y ocurrió en el estadio Nuevo Rancho Grande del Club General Belgrano, cuando promediaba el segundo tiempo del encuentro que Centro Oeste ganaba 4 a 0. A los 76 minutos, Figueredo fue expulsado por una fuerte infracción a un rival, y su reacción fue tan violenta como repudiable: corrió hacia el árbitro, quien cayó al tropezar mientras retrocedía, y allí lo golpeó repetidamente en el suelo, causándole una lesión en el parietal izquierdo y una pérdida de conciencia de al menos cinco minutos.
El árbitro debió ser asistido por una enfermera y un médico en el lugar, y el partido fue suspendido inmediatamente. La agresión quedó registrada en video y se viralizó rápidamente, generando indignación en toda la comunidad deportiva.
En su descargo, Figueredo admitió la agresión, se mostró arrepentido y atribuyó su accionar a “una pérdida de control emocional”. Sin embargo, el Tribunal de Disciplina consideró que la gravedad de la conducta excede cualquier tipo de justificación personal o deportiva.
"La conducta de Figueredo es injustificable e inadmisible", sostuvo el fallo, destacando como agravante que la agresión continuó incluso cuando el árbitro ya se encontraba en el suelo e indefenso.
Además de la suspensión de diez años —que le impedirá desempeñarse como jugador en cualquier partido de la Liga Cultural hasta 2035—, el Tribunal resolvió dar por perdido el encuentro a Matadero por la Lealtad, con el resultado registrado al momento de la suspensión: 4 a 0 en favor de Centro Oeste, según los artículos 106 inc. g) y 152 del Reglamento de Transgresiones y Penas.
Pero la sanción deportiva no es el único frente que afronta Figueredo: también está imputado penalmente por el delito de lesiones leves, con prohibición de acercamiento al árbitro y restricción de ingreso a estadios. En caso de avanzar la causa judicial y considerando que el jugador posee antecedentes, no se descarta una eventual condena de prisión.
En un extenso fallo, el Tribunal de Disciplina de la Liga Cultural aprovechó para hacer una reflexión profunda sobre la necesidad de erradicar definitivamente la violencia del fútbol.
En sus considerandos, señaló:
“Sin árbitros no hay fútbol. Alegar un error arbitral nunca será justificativo de ninguna agresión física. Debemos recuperar la tolerancia y el respeto por las decisiones dentro del campo”.
Asimismo, el órgano disciplinario propuso que, en casos tan extremos, se evalúe la obligatoriedad de acreditar sesiones con profesionales de la salud mental antes de permitir el regreso de un jugador al fútbol federado.
“Todo jugador indisciplinado debe recibir ayuda. Muchas veces la indisciplina es una válvula de escape emocional. Por eso, instamos al club a trabajar en herramientas de contención para el jugador sancionado”.
La resolución fue bien recibida por la mayoría de los clubes que integran la Liga, quienes coincidieron en la necesidad de establecer precedentes firmes para preservar el espíritu deportivo.
Este fallo no solo marca un hito en el fútbol regional, sino que también suma su voz al debate nacional e internacional sobre la creciente violencia contra árbitros y la urgencia de proteger su integridad. El mensaje es claro: el fútbol debe ser un espacio de respeto, no de agresión.