« EN 35 AÑOS, LA PRIMERA VEZ QUE NO TENGO VIDRIOS »
“Acá estamos, mirando hacia afuera lamentablemente”, expresó Carlos “Pluma” Streitenberger, el único vidriero de Winifreda.
Sus palabras reflejan su lógica preocupación por el momento que está viviendo. Es que desde hace una semana sufre el desabastecimiento de vidrios dado que una de las principales industrias instalada en la provincia de Buenos Aires paralizó su producción en el marco de las restricciones de movimiento impuestas por la pandemia de coronavirus que afecta a ese distrito del país. Por este motivo las distribuidoras no están recibiendo insumos y sus clientes se están quedando sin materia prima. Esto último es lo que le ha ocurrido al vecino winifredense y por primera vez en sus tres décadas y media de trabajo en el rubro.
“La fábrica Vasa (ubicada en Lavalloll, Buenos Aires) cerró hasta el 8 de Junio si no se extiende la cuarentena y sus distribuidoras no abastecen a las vidrierías del país. Mi proveedor es de Casilda, Santa Fe, y hace tres meses que no me entrega vidrio. Aparte ahora no los dejan pasar por las camineras, se les complica muchísimo. Por todo esto es que a mí se me terminó el stock, sinceramente no tengo nada”, explicó el comerciante. El vidriero sostuvo que “en esta época hay mucho laburo pero no tengo vidrio. Espero que esto (en referencia a las restricciones) se termine cuanto antes porque la situación es muy grave”. “Cuando me quedaba una plancha la iba aguantando, los cuadros los esquivaba para no hacerlos y así poder ahorrar vidrio, pero ahora no tengo noción de lo que pueda pasar”, agregó para luego desear que la industria en el distrito bonaerense retome su funcionamiento lo más pronto posible para que pueda abastecer a las distribuidoras “ya que el agua me llega al cuello”.
“En la carpintería de aluminio tuve buenas ventas el mes pasado, en cambio ahora tengo parantes y marcos, pero me faltan travesaños y chapas para armar un portón”, señaló al referirse a su actividad anexa. El trabajador envió un cordial saludo a sus clientes, que son la mayoría de los winifredenses. “No puedo complacerlos en este momento por falta de material. En casi 35 años de profesión es la primera vez que no tengo vidrios”, reveló apenado. “Aparte estoy en una edad avanzada y no tengo otra actividad para salir del paso, por eso para distraerme le ayudo a mi hijo que es apicultor en todo lo que pueda. Estoy haciendo alimentadores para las abejas, entre otras cosas para no volverme loco porque sin entrada y sin vidrio…”.
Si bien tiene fe de que todo volverá a la normalidad en un tiempo no muy lejano, Streitenberger consideró que esta pandemia “puede ser una enseñanza para muchos” y amplió su concepto: “Antes (del coronavirus) era todo un ´Viva la Pepa´. Yo soy vidriero y si tengo que salir de peón quién me ocupa. La gente joven todavía tiene más esperanza, pero para los que pintamos canas (esta coyuntura) se nos hace más difícil”.
