Lecciones de CABA en La Pampa: confirmación para el PJ, alerta en la UCR y Pro en vías de extinción
- Norberto G. Asquini
- hace 9 horas
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Las elecciones municipales del domingo en la Ciudad de Buenos Aires dejaron enseñanzas que trascienden el ámbito porteño y se proyectan sobre el escenario político nacional. Y, por supuesto, derraman en La Pampa. La Libertad Avanza ganó y el presidente Javier Milei domó al Pro y se quedó con la interna de la ultraderecha, mientras la boleta del peronismo-progresismo se mantuvo segunda manteniendo el voto histórico del sector y el Pro quedó relegado al tercer lugar y ratificando que está en vías de extinción.

Como ya ocurrió con las recientes elecciones provinciales, la contienda en CABA dejó lecciones para la política pampeana. Esta vez, sin embargo, el mensaje fue más claro: aunque se trató de una elección local con baja participación (apenas votó el 50%), se nacionalizó, así como también la lectura de sus resultados.
Leandro Santoro, referente del peronismo, sus aliados progresistas y neokirchneristas, alcanzó el 27% de los votos. Un número que reafirmó el tradicional piso del 30% que históricamente mantiene el justicialismo en un distrito históricamente hostil, reducto de la derecha y anti peronista, gobernado por el PRO desde hace 18 años. Su estrategia fue clara: se distanció del kirchnerismo y del pejotismo, consciente de que en CABA cualquier referencia a Cristina Fernández genera rechazo, en contraste con la situación en la provincia de Buenos Aires.
Las otras listas peronistas no lograron hacerle sombra, lo que refuerza y confirma una lección para el PJ pampeano: la división lleva a la derrota. Sobre todo cuando el PJ de La Pampa sale de una posible interna por cargos partidarios que nadie tenía en sus planes y se debe enfocar en la dura elección de octubre. La unidad, especialmente en tiempos de fragmentación política, sigue siendo una virtud que el peronismo local ha sabido cuidar históricamente frente a las divisiones o diferencias en cada coyuntura.
La elección porteña también tuvo efectos nacionales. Funcionó como una suerte de reemplazo de las PASO en el mapa político nacional, sobre todo en el espacio de la derecha. Milei, a través de su candidato, el muñeco Adorni, logró asestarle un golpe definitivo al PRO. Los libertarios están ahora en posición de imponer condiciones: pueden dejar al PRO fuera de futuras alianzas o absorberlo bajo términos desfavorables para los macristas. Anoche ya eran convocados a hacerlo.
En La Pampa, LLA empieza a mostrarse así como una opción más competitiva, como algunos sondeos dejaban entrever. El discurso de «terminar para siempre con el kirchnerismo» cala hondo en ciertos sectores.
El PRO local, en este contexto, atraviesa un momento complejo. Aunque aún conserva cierta presencia, su peso político se ve cada vez más reducido. Sus referentes más visibles, como los actuales legisladores, Martín Ardohain (sobre todo), Martín Maquieyra y Victoria Huala, han respaldado a Milei, votándole todas sus iniciativas. Sin embargo, el Gobierno nacional los ignora y los margina. Ahora quedaron pintados. A muchos macristas ahora les queda pintado el apotegma de José María Vernet: “Perder no es grave, el problema es la cara de ‘boludo’ que te queda”.
La UCR, por su parte, enfrenta dos dilemas cruciales, que por ahora son soslayados por su despliegue territorial y su posición como principal oposición al PJ. El primero es inmediato: en las legislativas de 2025 buscarán retener una banca sin hacer alianzas con Milei, al que consideran inconveniente por ahora. El riesgo es que una parte del electorado opte por LLA como opción más contundente contra el peronismo, dejándolos no solo terceros, sino incluso fuera de la Cámara de Diputados.
El segundo dilema es a mediano plazo: ¿qué hacer en 2027? El antiperonismo puede reunir al radicalismo, a los restos del PRO, a LLA e incluso a otras expresiones como la pyme familiar de Comunidad Organizada. Aunque los radicales hoy rechazan a los libertarios, en dos años puede imponerse la lógica de la suma de fuerzas.
En esta elección, la UCR porteña terminó en el octavo lugar y no alcanzó siquiera el 3% de los votos. Parte de su electorado migró hacia LLA como mejor alternativa anti K, y otro sector optó por Santoro como expresión progresista frente a Milei. Aunque pueda pensarse que la situación de CABA no tiene correlato directo en La Pampa, la advertencia es clara: estamos en tiempos políticos convulsos y es necesario mantenerse alerta.
¿Qué pasará en La Pampa? ¿Cuánto puede crecer el espacio libertario si la UCR sigue perdiendo, de hecho no se sabe si lo tiene, protagonismo nacional? ¿Habrá acuerdos o subordinación en la provincia? ¿Compartirán territorio y cargos? ¿Estarán dispuestos los intendentes radicales a pactar con Milei si ese es el precio de mantener el poder? Son preguntas que comenzarán a definirse en los próximos meses, cuando la mirada esté puesta en 2027.