Juan Bautista Vairoleto y Félix "El Indio" Ainó fueron reconocidos como bandoleros en la región pampeana, dejando una huella en la historia local. A continuación, se presenta un resumen de sus vidas:
Juan Bautista Vairoleto fue un famoso bandolero nacido en la región pampeana en una fecha desconocida. Se le considera uno de los últimos bandoleros de la zona. Vairoleto era compañero de aventuras de Félix "El Indio" Ainó y se destacó por sus actividades delictivas y su estilo de vida fuera de la ley. Sin embargo, su vida delictiva llegó a su fin en 1941 cuando murió en un enfrentamiento con la policía.
Félix "El Indio" Ainó, por su parte, nació alrededor de 1899 en la toldería de La Blanca, ubicada en la zona de Luan Toro, en la región pampeana. Ainó pertenecía a los indígenas ranquelinos que vagaron por las pampas después de la batida final de 1879. Durante el siglo XX, la comunidad indígena se dispersó y muchos de ellos se establecieron en diferentes áreas, incluida Colonia Mitre. La familia Ainó se asentó en El Odre, campos pertenecientes a la tribu de Luis Baigorrita.
La vida delictiva de Félix Ainó tuvo un trágico desenlace en 1948, cuando murió en un enfrentamiento con la policía en el jarillal de Agua de la Orilla, en los desiertos de Mendoza, cerca del límite con La Pampa. Ainó se negó a entregarse vivo y el enfrentamiento culminó con su muerte. Su figura se convirtió en parte de la historia y la poesía popular de la región pampeana, siendo recordado como el último bandolero de La Pampa.
Ambos bandoleros, Juan Bautista Vairoleto y Félix "El Indio" Ainó, dejaron una marca en la historia local y han sido objeto de investigación y menciones en publicaciones tanto regionales como nacionales. Sus vidas han sido inmortalizadas en canciones y poemas, manteniendo viva su memoria en la cultura popular de la región pampeana.
Ñamku Pewma
Juan Bautista Vairoleto: El Bandolero Audaz de la Pampa
En la región pampeana,
un bandolero nacido,
Juan Bautista fue querido,
por su fama sobrehumana.
Con audacia y maña vana,
cabalgaba sin cesar,
robando y alborotar,
siempre un paso adelantado.
En el monte era temido,
Juan Bautista, el bandolero audaz.
Con astucia y buen disfraz,
evadía a la autoridad,
la justicia con tenacidad,
buscaba sin descansar.
De su valentía al hablar,
se contaban mil historias,
en las noches de memorias,
los relatos de sus fechorías.
Juan Bautista, ladrón sagaz,
que en la Pampa era memoria.
Con su sombrero y su euforia,
cabalgaba con destreza,
seduciendo a la nobleza,
y a la gente de la ría.
Robando fama y alegría,
siempre esquivo y veloz,
se burlaba del alguacil, veloz,
hasta que llegó su destino.
Juan Bautista, en su jornada,
forjó su nombre en la voz.
Pero el final se acercó,
un día de triste desenlace,
en un enfrentamiento audaz,
su vida allí terminó.
Juan Bautista descansó,
en la tierra pampeana,
su memoria vive en la vena,
de aquellos que aún lo nombran.
Bandolero de valía,
Juan Bautista, el alma buena.
