TRABAJÓ 40 AÑOS COMO PORTERA HASTA QUE SUPO QUE HABÍA LLEGADO EL MOMENTO DE ABANDONAR LAS AULAS -
“Coca” dejó de trabajar en agosto de 2006. Todo el personal le organizó una cena despedida en la cual se proyectó un video que reflejaba su trabajo diario en la escuela.
Una historia para revivir de quien fuera portera del turno tarde durante cuatro décadas.
La vecina winifredense Florencia Teresa Lince, accedió en agosto del año 2006 a su jubilación después de trabajar durante 40 años como portera de la Escuela primaria 104, siempre en el turno tarde.
La mujer conserva en su memoria cada uno de los rostros de los maestros y alumnos a los que atendió preparándoles el refrigerio o la copa de leche.
Lince, más conocida en la localidad como “Coca”, ingresó como personal de servicio en el año 1967. “La cooperadora escolar de ese entonces me ofreció el trabajo. Al principio solo preparaba la copa de leche. Pero cuando el portero titular, Antonio Thome, sacaba licencia también tenía que hacer la limpieza general del establecimiento”, recordó.
En 1974 fue nombrada en planta permanente. Lince rememoró los “adelantos” que tuvo la escuela. “Antes tenía que entrar leña todos los días para las salamandras y para las estufas que están en las galerías. Dos o tres chicos, entre ellos Marcelo, el hijo de la ex vicedirectora Estela Urcola, dejaban la mochila en la mesa de entrada y venían a ayudarme con la carretilla. Eran muy buenos”, rescató de ellos. “Después llegó el gas natural y todo fue más rápido y ágil”, comparó.
Cambios.
Thome - ya fallecido- dejó su ocupación laboral en 1980 y fue reemplazado por Abel Pacheco. “Con Abel trabajamos 27 años juntos y en 1990 se sumó como portero Raúl Armando ´Lali´ Ponce. Todos ellos fueron excelentes compañeros de trabajo”, dijo. Pacheco y Ponce disfrutan de su jubilación en la actualidad.
“Coca” almacena miles de anécdotas que la vinculan con la limpieza y tareas anexas. “Una maestra jardinera hacía pocos días que estaba dando clases. Había escrito con tiza mojada el piso. Cuando entré al aula y vi eso le dije: ‘Que no se repita muy seguido’. Me hizo caso porque no lo volvió hacer. Con ella mantengo una relación muy linda y, además, es muy amiga de mi hija Patricia”, que es profesora de música.
“Coca” dejó de trabajar en agosto de 2006. Todo el personal le organizó una cena despedida en la cual se proyectó un video que reflejaba su trabajo diario en la escuela que en septiembre de 2007 cumplió 90 años de existencia. “Lamentablemente, problemas familiares me impidieron estar presente en los 75 años. Pero, de no mediar inconvenientes, voy a compartir los festejos que se han organizado por los 90 años. Los alumnos dicen que la maestra es la segunda mamá. Para mí la escuela es mi segundo hogar”, dijo. Y así sucedió. "Coca" estuvo presente en aquel aniversario inolvidable, que marcaba el camino hacia el centenario.
Hasta 2007, Lince concurría todos los fines de semana al establecimiento educativo para servirles la merienda a los chicos que estaban adheridos al programa “Sábados con Actividades Juveniles”, lanzado por el Ministerio de Cultura y Educación. “Trabajé 40 años y le tengo tanto amor a la escuela que me es imposible dejarla de un día para el otro. No es fácil despegarse porque fui muy feliz”, finalizó la mujer, que goza de muy buena salud y conserva su amabilidad y simpatía.
