El radical Martín Berhongaray y Martín Maquieyra, del PRO, también disputan el liderazgo de la alianza y su estilo. Es la primera elección del año y tendrá impacto nacional.
La oposición política definirá hoy en las urnas quién es su candidato a gobernador. La disputa es entre dos diputados nacionales: Martín Berhongaray, el postulante del radicalismo, y Martín Maquieyra, el candidato del PRO.
La elección también marcará la cancha de cara al futuro: decidirá en algún sentido el tono de la campaña rumbo a las generales del 14 de mayo, reperfilará liderazgos en la alianza y tendrá impacto en el país, porque es la primera votación de este año electoral y los dirigentes nacionales de una y otra fuerza pusieron toda la carne en el asador.
También se definirá la lista legislativa de la oposición, por primera vez con aplicación de la Ley de Paridad y de acuerdo al sistema D'Hondt que se aplica tradicionalmente en esa alianza. El complemento entre esas dos herramientas augura algún conflicto para el armado de la lista definitiva, sobre todo si la elección es pareja.
Maquieyra lleva como candidata a vicegobernadora a la macachinense Josefina Díaz, exdiputada por la UCR; Berhongaray eligió a la docente piquense Patricia Testa, que ha ocupado cargos legislativos. La conformación de la lista que lidera la UCR, con respaldo del Socialismo y del Partido del Frente, incluyó algunas "desprolijidades" y tensiones. El PRO hizo lugar en su espacio para referentes del MID.
Hay más de 238.000 personas habilitadas para votar (ver más información aparte). El antecedente más próximo similar a este comicio data de hace 4 años: en 2019, la UCR le ganó al PRO una interna de este mismo tipo, por la candidatura a la Gobernación, 65% a 35%. Esa vez pulsearon Daniel Kroneberger y Carlos Mac Allister. Participaron con su voto a los candidatos alrededor de 30 mil personas.
La elección de hoy definirá dos de esos puntos: cuánto pudo haber crecido el macrismo en La Pampa desde entonces, y cuánto sube o baja el nivel de participación ciudadana, en un contexto dificultoso para el llamado a las urnas, en pleno verano, con altísimas temperaturas, escasa información y un generalizado escepticismo respecto de la actividad política.
La elección no es obligatoria para la ciudadanía: pueden participar personas afiliadas a los partidos involucrados e independientes.
Se vota entre las 8 y las 18 horas y aunque los resultados oficiales se cargarán después de las 21 horas se estima que prontamente se conocerán tendencias, por lo sencillo que aparenta el conteo.
Además de la disputa central entre Maquieyra y Berhongaray la oposición tendrá enfrentamientos por cargos locales. El enfrentamiento tiene condimentos especiales en Santa Rosa y General Pico.
El Frente peronista mira de reojo la jornada, pero también tiene algunas pujas locales (ver más información aparte).
El radicalismo se dio ánimos con un cierre de campaña a todo trapo el jueves, con asistencia masiva y presencia de dirigentes nacionales y del territorio pampeano: su esperanza es que, como ha ocurrido hasta ahora, rinda frutos su red de comités y afiliaciones en la mayoría de las localidades. Está por verse si le suma votos gobernar comunas importantes, como General Acha, Eduardo Castex, Victorica o Guatraché. La dirigencia tradicional tiene confianza en el manejo de esos espacios estatales, pero a la luz de los cambios registrados en los últimos años en las formas de vínculo entre la política y la comunidad, la verdad se conocerá cuando se cuenten los votos.
El PRO apostó al marketing, las redes sociales, la presencia de estrellas dirigenciales nacionales y encuentros más subterráneos con sectores de la población en general alejados de la política. Maquieyra es el delfín preferido del alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, que arriesga capital político en esta elección, pese a que se trata de una interna en una provincia con escaso peso electoral.
Berhongaray chicaneó en campaña a su contrincante: "cuando algunos empezaron a caminar la provincia, yo ya le había dado 20 vueltas". Maquieyra contraatacó diciendo que en la elección el radicalismo puede contar con la simpatía justicialista porque el oficialismo prefiere un candidato "más débil". "La oposición no tiene que jugar a ser segunda", dijo el legislador, que obviamente aspira a que su bastión sea General Pico, donde hace años se convirtió en un fenómeno electoral, y que ese efecto derrame en la zona norte más rica (Alvear, Realicó, Quemú, Ingeniero Luiggi).
