La campaña para las elecciones del 14 de mayo en La Pampa arrancó lentamente. El clima electoral no puede ser más complejo: la gente está indiferente, cuando no molesta, a cualquier propuesta política cuando la inflación es la preocupación cotidiana y no se visualiza que la situación económica vaya a mejorar. Todo lo contrario.
Por Norberto G. Asquini
A esa falta de interés es a lo que se enfrentan hoy tanto oficialismo como oposición cuando tienen que pensar en cómo seducir al electorado pampeano. En ese marco, el escenario político no parece tampoco tener muchas variaciones.
Esta votación no será ni el 2019 para el Frejupa, donde arrasó en las urnas teniendo enfrente al macrismo en picada; ni es el 2021 para la oposición, en la que logró un triunfo histórico en las legislativas nacionales, montado sobre el malestar de la gente por la crisis económica.
La tendencia y el escenario
Las encuestas marcan, una tendencia que se mantiene desde hace tiempo, la buena imagen del gobernador Sergio Ziliotto, mientras la oposición de Juntos por el Cambio se ilusiona con mejorar su performance con respecto a otras elecciones ejecutivas.
Ya habíamos adelantado que Ziliotto provincializó la campaña para evitar el voto castigo al gobierno nacional (en 16 provincias se desdoblaron los comicios locales de los nacionales), muestra sus logros en la gestión y tiene a un peronismo consciente de que o se salvan todos o no se salva nadie. Los cañones apuntan a apuntalar al electorado de Santa Rosa y General Pico, donde se hará la diferencia de votos. En el peronismo los consultados afirman que se mejoró en el interior con respecto a lo que se preveía y que en todos los casos, la figura de Ziliotto es la que empuja hacia arriba a las listas locales. Entre tanto dirigente cuestionado a nivel nacional, entre tanta pelea interna del peronismo y del antiperonismo, el mandatario ha sabido sostener su lugar. Sin grandes estridencias, pero con logros palpables en un país que se derrumba.
La oposición de Juntos por el Cambio se entusiasma con capitalizar la situación nacional. Pero está difícil. Por ahora el discurso de Martín Berhongaray no encuentra relato y la campaña parece compartimentada entre radicales y amarillos. Se espera una buena elección en Santa Rosa y sumar votos en el interior de localidades como General Acha (Abel Sabarots tiene la reelección asegurada) o Eduardo Castex.
Santa Rosa y el maleficio
Santa Rosa y General Pico es donde ambos buscarán hacer la diferencia. En la capital provincial la elección parece polarizada entre Luciano Di Nápoli y Francisco Torroba. El primero quiere romper el maleficio de que ningún intendente santarroseño pudo ser reelecto en los últimos veinte años; el segundo apela a la nostalgia de su paso por la intendencia para volver a ocupar el cargo. En los entornos de uno y otro, afirman que la ganan, con igual nivel de confianza. En el inicio de la campaña, Di Nápoli moderó su cristinismo, hizo una lista “abierta” para contar con el apoyo de las otras líneas (todos los sectores estuvieron apoyando en la presentación) y tiene a Ziliotto encabezando la boleta que le da el envión a lo local. Algún nubarrón igualmente se avizora: el gobernador habló en el acto del lunes de que “no nos podemos resignar a hacer un corte de boleta”.
Torroba afirma que los números le dan muy bien (no tanto como la encuesta fake que circuló hace unos días) ante una gestión que tiene baches (no solo en las calles). En Santa Rosa estas elecciones tampoco van a ser ni como 2019, ni como 2021. Di Nápoli puede alardear de “romper las urnas con los votos” y Torroba de estar ganando con diferencia, la realidad marca que no es así en ninguno de los dos casos.
El bastión peronista del norte
General Pico será la madre de las batallas. Allí el peronismo apuesta a sacar la diferencia y recuperar el caudal de voto histórico. Fernanda Alonso hizo una lista con nombres cercanos y bien vernista. El conductor de la Plural, el ex gobernador Carlos Verna, se mostró apoyando a los candidatos local. La candidata a vicegobernadora es Alicia Mayoral que también pisa fuerte en Pico con un discurso de reivindicación al peronismo. Y por supuesto, la boleta de Ziliotto que levanta. Enfrente tendrá a la candidata del PRO, Adriana García. Por supuesto que García no es Martín Maquieyra, que se había convertido en el “cuco” para el peronismo si se presentaba a intendente, pero la oposición piquense vota boleta opositora, esté quien esté.
Por ahora, el escenario electoral muestra una situación de ni tanto, ni tan poco. La tendencia histórica, y por ahora las encuestas, muestran que el peronismo está arriba y que la oposición no está tan abajo. Pero no es 2019 donde al peronismo le sobró, ni es 2021 donde la oposición arrasaba.