- Por Luis Barbaschi -
- FELIPE NACIÓ EN CUARENTENA Y 40 DÍAS DESPUÉS SUS ABUELOS LO CONOCIERON EN PERSONA -
Romina Herrera y Marcos Russmann fueron madre y padre primerizos en plena pandemia de coronavirus. El domingo aprovecharon el “permitido” del aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el gobernador Sergio Ziliotto para viajar desde General Pico hasta Winifreda con su hijo Felipe de 40 días de vida para que sus abuelos y demás familiares pudieran conocerlo en persona. Hasta ese día venían conformándose con fotos y videollamadas.
El encuentro fue más que emocionante. El bebé fue mimado y contemplado por integrantes de la familia de Marcos. Las muestras de amor y afecto que recibió fueron inmensas.
RADIO COMPACTO fue testigo de ese emotivo momento y habló con los flamantes progenitores sobre los días previos al nacimiento del niño y los cuidados pre y post parto de la madre. Romina tuvo a su bebé el 7 de abril pasado. Tenía fecha de alumbramiento para el 19 o el 22 del mismo mes. “Cuando estaba en las 38 semanas de embarazo, Felipe venía sentadito en mi panza. El lunes 6 me hice una ecografía para ver si se había dado vuelta y como seguía en la misma posición y tenía el líquido disminuido, el doctor decidió hacerme una cesárea al otro día para que el bebé no corriera ningún tipo de riesgos”, contó la mamá de 36 años. Estaba preparada para la operación porque gozaba de un excelente estado de salud debido a una gestación controlada.
Entró al quirófano de la Clínica Argentina de la ciudad piquense acompañada por su pareja, quien presenció el nacimiento de su primer hijo con un atuendo suministrado por el centro médico en el marco del protocolo sanitario. “Lo más lindo fue que ni bien nació me lo dieron a mí y lo llevé a la habitación. Se te aflojan las piernas, te tiemblan las manos, te agarra calor, frío y demás sensaciones. Tenerlo en mis brazos en sus primeros minutos de vida fue algo muy hermoso”, describió Marcos uno de los instantes más especiales de su vida.”A mí me lo pusieron al lado, obviamente me largué a llorar de la emoción. Tenemos muchos amigos con hijos, sobrinos, sobrinos postizos, ahijados, pero no hay como el amor de madre y padre. Hay que vivirlo para entenderlo”, acotó Romina.
- ¿Siempre tuviste la ilusión de que todo iba a salir bien?
- Nunca tuve miedo y Marcos tampoco porque siempre nos cuidamos, desde el día que nos dijeron que no se podía salir de casa. Marcos salía lo justo y necesario a comprar comida y demás insumos.
Consultada sobre los cuidados post parto en este contexto de pandemia, Romina confió que cuando salieron de la clínica se fueron directo al domicilio con el recién nacido que aún “está formando sus defensas”. Cuando llegó al mundo Felipe pesó 3 kilos 50 gramos y ahora está en 5 kilos 150 gramos. “El viernes tuve control y el pediatra se sorprendió porque había crecido y aumentado bastante de peso”, dijo entusiasmada.
En un clima de igualdad, ambos comparten la crianza del bebé y Marcos cambia pañales. “El segundo pañal lo cambié yo”, dijo sonriente dando a entender que ya es un especialista en la materia. “Muy bien se defiende”, destacó Romina.
El domingo llegaron al pueblo en horas de la mañana aprovechando la jornada de “Encuentros Familiares”, que se realizó en toda la provincia. Carlos y Noemí conocieron a su nieto por primera vez. “Mis padres estuvieron emocionados todo el tiempo, era obvio porque pasaron 40 días de su nacimiento y lo conocían solamente por videollamadas y fotos. Lo tuvieron en sus brazos, lo acariciaron y besaron. Fue mucha emoción para ellos”, expresó Marcos. También se sumaron Dorina, tía del niño, su tío abuelo Hugo, entre otros familiares.
Cuando Felipe crezca, Marcos y Romina tendrán que buscar la manera de contarle la pandemia que enfrentó el mundo cuando le tocó nacer. “Será una anécdota”, dijo Romina y Marcos agregó que “en 38 años nunca vi que se parara el mundo entero, fue algo horrible”. Al mismo tiempo rescató el comportamiento de la inmensa mayoría de los pampeanos de respetar el aislamiento para evitar la propagación del coronavirus. “Nosotros vivimos en General Pico y allá todos fueron muy responsables y eso está buenísimo”, alabó. Finalmente confesaron que “son felices”; y ante la coyuntura actual desearon que “pronto pase todo y podamos volver a la normalidad”. Después del mediodía, la pareja partió hacia Eduardo Castex donde la familia de Romina (su madre, padre y hermanos) también pudo conocer a Felipe, quien tuvo una jornada dominguera cargada de emociones.
Se enamoraron jugando al vóley
Romina Herrera es nativa de Eduardo Castex y Marcos Russmann de Winifreda. “Nos conocíamos de jóvenes, pero nunca nos habíamos relacionado ni siquiera como amigos”, contaron. Como ambos practican deportes, una disciplina los unió en General Pico. “En un famoso torneo de vóley nos volvimos a cruzar y después a la noche nos encontramos en un local y comenzamos a charlar. Ya llevamos casi 3 años de noviazgo”, dijeron. La consulta era obligada y generó risas: ¿piensan casarse? “Estamos juntos a través de una unión convivencial, capaz más adelante cambiamos de título”, contestó Romina.
