LA OBRA FUE PRESENTADA POR DE MATTEO, INCHAURRAGA, MORISOLI Y REDONDO EN LA APE. Es el título del primer libro de poemas del winifredense Fernando Ojeda. Lo presentó en el mes de mayo en las instalaciones de la Asociación Pampeana de Escritores (APE), ubicada en Santa Rosa, donde el autor estuvo acompañado por el presidente de la entidad, Sergio de Matteo, Armando "Basko" Inchaurraga, Edgar Morisoli y Nilda Redondo, cuatro reconocidos intelectuales y literatos pampeanos.
El ejemplar, prologado por Gabriela Simón, fue publicado por la editorial santarroseña "7 Sellos" y, según contó Ojeda, "es un laburo de 12 años de escritura, está compuesto por tres capítulos: Vestigios, El tiempo de las descalzas y Las voces del viento”. “Fue un verdadero honor y un orgullo que Fernando haya presentado su libro en la casa de los escritores pampeanos, más en estos momentos que estamos viviendo en nuestro país y Latinoamérica.
Muchos ejemplares son necesarios en estos tiempos porque se montan sobre las crisis y los estados de emergencia, creo que este libro representa esa toma de posición que tienen los escritores/as para rever y resignificar la historia”, analizó De Matteo. Morisoli sostuvo que la poesía de Ojeda “constituye un verdadero y feliz descubrimiento, un fuego nuevo que alumbra muy lejos.
Estamos frente a un poeta maduro de palabra, bullente de imagen, fiel a su tiempo y genuino”. Inchaurraga recordó un diálogo que mantuvo con el padre de Ojeda. “Me dijo ´creo que mi hijo me va a salir poeta´. Lo miré y afirmé ´ya lo es, ahora bánqueselo´”. Ojeda se define como “un artesano de la palabra” y “un amante de la noche, de la madrugada y de las sombras de los veranos, del sol de otoño y de las reuniones con amigos/as”.
La presentación del trabajo bibliográfico también contó con la presencia de Federico y Angeles, padre y madre de Román, el niño que ilustra la tapa del libro. El pequeño mira el paisaje pampeano a través de la ventanilla del vagón del tren y su rostro se refleja en el vidrio. “Esa fotografía la tomé en un viaje que realicé en invierno del año 2015 a Buenos Aires en el trayecto que va desde Santa Rosa a Anguil. Tiempo después sus padres me comentaron que iba acompañado por sus abuelas y que nunca había viajado en tren. Un poco de eso también trata el libro, de cuestiones que hemos perdido los argentinos como el ferrocarril como sistema de comunicación del pueblo, de los obreros, como industria de trabajo, que los estados neoliberales se han ocupado especialmente de destruir. Sus páginas, entonces, están marcadas por esas ausencias y también de algunas presencias", puntualizó Ojeda sobre el contenido que aborda el libro. La contratapa está ilustrada con una foto en blanco y negro de un joven caminando junto a tres perros por el medio de unas “vías muertas” de la ciudad de Santa Rosa. “Van a encontrar poemas que hacen referencia tanto a lo íntimo como a lo colectivo”, apuntó Ojeda, quien expresó con palabras sus sentimientos más hondos. “En líneas generales es un libro lleno de esperanza, pero esperanza como acto de resistencia como decía el poeta Juan Gelman”, acotó.
Su obra literaria está disponible en la Biblioteca Popular del pueblo donde su madre, Alicia Alzamendi, trabaja como bibliotecaria. Ojeda también ha publicado artículos en la Revista del Museo local, entre ellos, uno titulado “Cuna y Barrio”, nombre que tenía un equipo de fútbol que fue conformado por un grupo de chicos nacidos entre los años 40-50 y existió en la localidad desde mitad de los 50 hasta la década del 70.
< Luis Barbaschi para LA ARENA 31/12/2018 >
