Era previsible, pero no tanto. El discurso de apertura del año legislativo del gobernador Sergio Ziliotto fue contundente. Marcó más que nunca la disputa cultural, y que se traslada a los hechos, entre el modelo del Estado presente, un activo político y social de la provincia de La Pampa y del peronismo provincial, frente al Estado anarcocapitalista, un modelo que superó por mucho al liberal-macrista y que se propone el derrumbe justamente de cualquier Estado, no solo el nacional, sino el provincial y el municipal.
Ziliotto se paró de manos otra vez frente a Milei, como lo hizo en la campaña de 2023,
como lo hizo hace una semana frente al ataque que sufrió Chubut. Pero ahora tensando aún más la cuerda con los planteos ultraliberales del presidente (que ya dio muestras de lo que pretende y hacia dónde va y que, como es su estilo, no va a retroceder ni medio metro).
El gobernador mostró un Estado que Milei pretende no ver. Y que el mandatario quiere sostener con la continuidad del superávit fiscal, un salvataje de la obra pública con recursos propios, potenciar al sector privado, proteger a los más vulnerables a través de garantizar el alimento, mantener la eficiencia de los servicios públicos fundamentales como la salud, la seguridad y la educación (aunque se desfinancien desde Nación) y modernizar la administración pública.
Pilares de un gobierno peronista. Ese es el rumbo que ratificó frente a un ajuste descomunal, cuando otros podrían haber desensillado hasta que la cosa aclare. Porque a pesar de los ataques anarcocapitalistas, tanto en el relato (y que se asienta hay que decirlo en el final agotado y sin soluciones de una gestión peronista nacional) como en la ofensiva del ajuste empobrecedor, en La Pampa ese Estado funciona. Y además, por si faltara algo, contraponiendo su gestión en marcha con los desmanejos de un gobierno nacional que no parece arrancar y está más comprometido con recortar lo que puede que en administrar.
El gobernador también puso contra la pared a los diputados opositores, quienes quedaron en una situación incómoda (al menos algunos). Las leyes necesarias para sostener a la producción y la obra pública pampeana pasarán por sus manos. ¿Votarán en contra de La Pampa y a favor de Milei? ¿Se opondrán a las leyes de Ziliotto? Porque por más piruetas que hagan, el campo de batalla está bien definido hoy: los que están con Milei y los que no. Los que apoyan un modelo económico impulsado por el gobierno nacional y sus consecuencias; y los que se oponen.
Ziliotto lanzó su mensaje en la Legislatura. Salvar La Pampa frente al desastre promercado de Milei, sosteniendo a los más vulnerables contra el ajuste y fortaleciendo ese Estado que en la provincia es la trinchera contra el costo social de la economía anarcocapitalista. Se paró de manos frente a Milei y lo que representa. Un conflicto que va a parecer eterno, porque en la era Milei, virulenta y desproporcionada, la pelea se va a dar día a día. Y sin concesiones.