Confeccionan barbijos para personal sanitario y policial. Comerciante acercó medicación a dos hermanas.
En medio de la pandemia por coronavirus, presente en nuestra provincia con casos positivos confirmados, vecinas de Winifreda decidieron ayudar a sus semejantes.
En esta página dos historias que merecen darle valor en tiempos donde el individualismo va quedando de lado y emerge la solidaridad.
Un grupo de mujeres confeccionó barbijos destinados al personal de sanidad y policial. Incluso recibieron la colaboración de varios interesados en ayudarlas.
Yesica Celeste Juan contó su experiencia. “Tengo la máquina de coser que me compró mi padre hace 15 años y le estoy dando mucho uso. Compré telas como fiselina, camisera, lienzo y me puse a confeccionar barbijos. Llegó un momento en que me quedé sin telas y recurrí a la gente por las redes sociales para que me ayuden a ayudar. La respuesta fue espectacular. Un montón de personas me hicieron llegar lo que necesitaba siempre respetando los protocolos, no se rompió ninguna norma”, narró. Paralelamente un grupo de chicas la están ayudando desde sus respectivos hogares.
Ella se puso manos a la obra y ya confeccionó más de 200 barbijos los cuales fueron distribuidos a dependencias oficiales como el #hospital y la #comisaría como así también a comerciantes, gastronómicos y personas que realmente deben usarlos. Se siente reconfortada. Y lo manifiesta: “Estoy súper orgullosa e inmensamente agradecida con la gente. Mientras sigan llegando telas seguiremos haciendo barbijos".
Yesica convive con su pareja, que es bombero voluntario, y sus dos nenas. “En este momento son mis tres pilares”, confesó. Otras vecinas que llevan adelante la misma acción solidaria son: Cristina Briske, Mara Della Rossa y Graciela Suarez. En tanto, Natalia Gamarra cuida a una adulta mayor de 90 años y juntas confeccionan barbijos utilizando la máquina de coser de la mujer más longeva.
Medicación.
Las restricciones en los movimientos de los ciudadanos y vehículos de todo tipo se volvieron más severas por el estado de excepción actual.
En este contexto una comerciante ayudó a su clienta y amiga ante una urgencia. “En momentos como estos, todos necesitamos de todos”, posteó en #Facebook la docente Griselda Poblete Lej. Completó su mensaje con un agradecimiento a la comerciante Silvia Mónica Berger. Ambas residen al oeste del pueblo. “Mis hijas son diabéticas y quedaron en Santa Rosa cuando los micros dejaron de circular. Me escribieron al #Whatsaap haciéndome saber que necesitaban la medicación y si se las podía mandar. Les dije que se quedaran tranquilas”, contó Griselda al cronista de este medio. “Cuando fui al almacén le comenté la situación a Silvia y ella tenía que viajar a Santa Rosa a buscar mercaderías y se ofreció a llevar los medicamentos. Mis hijas, días después, me confirmaron que ya los tenían”, agregó. Griselda indicó que ahora no puede abrazarla a Silvia porque hay que respetar las distancias, “pero cuando todo esto pase le voy a dar un abrazo enorme”.
Seguidamente reveló que "la empresa de servicios sociales de Ignacio “Nacho” Martín se ofreció a trasladar los fármacos cuando una de sus ambulancias viaje a Santa Rosa”. De esta manera sus hijas podrán continuar con los tratamientos.
Al respecto, Griselda afirmó: “Estoy tranquila sabiendo que todavía queda mucha gente buena en el mundo y en nuestro pueblo”.
Silvia Berger fue consultada sobre cómo reaccionaron las hermanas Camila y Milena Schmidt al verla llegar, y al respecto respondió: “Son una chicas amorosas, aparte las vi nacer y crecer. Hace 25 años que estamos en el mismo barrio y tienen la edad aproximada de mi hijo Franco”. “En el barrio somos una gran familia. Viviendo tanto tiempo en un mismo lugar es como que se afianzan los vínculos”, sostuvo. Finalizó diciendo: “Es importante que todos los que podamos hacer algo por los demás, lo hagamos”. En su comercio - dedicado a la venta de comestibles y exceptuado de la cuarentena obligatoria- fortaleció las medidas sanitarias recomendadas a los fines de evitar la propagación del virus mundial
