En la localidad de Winifreda, un gesto desinteresado y lleno de humanidad nos recuerda que, a veces, lo que parece común puede esconder una historia de vida que vale la pena contar. Maximiliano Gastón Santillán, conocido por todos como “Maxi”, es un ejemplo de esto. A pesar de las dificultades y la lucha diaria, Maxi decidió regalar su bicicleta, una que tenía a la venta, para hacer feliz a un niño que la necesitaba.
Maxi, un verdadero gladiador de la vida, nunca recibió nada regalado, pero siempre se las arregló para salir adelante. Vive con su madre, Norma, quien es el pilar de su familia. En su evolución, trabajó en una estación de servicio, fue bombero voluntario, y también se formó como soldador. En 2013, Maxi se recibió de director técnico de fútbol en la escuela de Oscar Benedetto, lo que le permitió trabajar con algunas divisiones del Club Social y Deportivo Winifreda (CSDW).
A pesar de su amor por el fútbol, Maxi tiene otras pasiones. Es un ferviente hincha de Boca Juniors y un admirador de jugadores como Ronaldinho, Messi, Riquelme y Neymar. Además, es un defensor de los animales y un talentoso artista plástico, con una especial predilección por los retratos a lápiz, especialmente de rostros femeninos.
Hace cuatro años, Maxi decidió reinventarse y creó una pequeña empresa de delivery en su pueblo, convirtiéndose en el “Bici Mandadero”. Con su bicicleta y un carro improvisado, Maxi se gana la vida recorriendo las calles del pueblo, llevando y trayendo encargos. No es un negocio grande, pero para él es suficiente: “Es algo chico, algo improvisado a las apuradas, pero también es algo que me hace feliz”, cuenta con orgullo.
Con el tiempo, Maxi logró adquirir una nueva bicicleta, fruto de su esfuerzo y sacrificio. Pero, cuando vio la necesidad de un niño que no tenía cómo ir al colegio, no dudó en regalarle su querida bicicleta playera, esa que había comprado con tanto esfuerzo. “Ver la cara de esa criatura cuando escuchó el 'es tuya' fue el mayor premio que la vida me dio”, relata emocionado.
Maxi resume este gesto con sencillez: “Un niño con bici nueva y yo feliz por poder hacer algo por él. Hoy me tocó a mí ayudar a esa criatura para que pueda ir al colegio y andar feliz por el pueblo”. Su acción, que para muchos podría pasar desapercibida, es un reflejo de su nobleza y un recordatorio de que los verdaderos "cracks" no siempre están en una cancha de fútbol.
Nota Completa en: LA ARENA digital
Maxi Santillán es, sin duda, un ejemplo de generosidad y humanidad, un hombre que, a pesar de las dificultades, siempre encuentra la manera de hacer algo bueno por los demás. En su pequeño gesto, demostró que la grandeza no se mide por lo que uno tiene, sino por lo que uno está dispuesto a dar.
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