En una operación de control realizada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) en el Puesto 25 de mayo de la Barrera zoofitosanitaria, se decomisaron 500 kilos de carne bovina con hueso que eran transportados en condiciones inseguras para el consumo. Los agentes del SENASA detectaron que la mercadería carecía de la documentación sanitaria necesaria y no se garantizaba la cadena de frío.

La carne, que estaba siendo transportada en una camioneta y una casilla rodante, no cumplía con las condiciones higiénico-sanitarias que garantizan su inocuidad para el consumo. Ante esta situación, se procedió al decomiso y destrucción de la mercadería.
Lo llamativo de este caso es que la carne había sido ocultada en diversas partes de los vehículos, incluyendo valijas y debajo de ropa en la cabina de la camioneta, así como en los habitáculos de la casilla rodante ubicados debajo de la cama y los asientos. Los responsables del transporte se dirigían desde la localidad bonaerense de Vicente Casares hacia Centenario, en Neuquén.
Ariel Martín, coordinador de Calidad e Inocuidad Alimentaria del Centro Regional Patagonia Norte del SENASA, advirtió sobre los peligros asociados al consumo de carne que ha perdido la cadena de frío. Según Martín, cuando se rompe la cadena de frío, el aumento de temperatura acelera el crecimiento de bacterias en la carne, lo que puede llevar a su deterioro y a la aparición de enfermedades gastrointestinales en quienes la consumen.
El SENASA realiza este tipo de operaciones con el objetivo de proteger la salud de la población, garantizar la seguridad de los productos agroalimentarios y resguardar a quienes producen alimentos de manera responsable. Además, estas acciones buscan preservar la sanidad de la producción agropecuaria en Argentina.
Es fundamental que los consumidores estén alerta y adquieran productos cárnicos únicamente de fuentes confiables y que cumplan con los estándares de seguridad alimentaria para evitar riesgos para la salud.