La reciente decisión del Gobierno nacional de eliminar el Fondo de Servicio Universal (FSU), oficializada mediante el Decreto 6/2025, ha generado un amplio rechazo en distintos sectores de la sociedad, especialmente en provincias como La Pampa. Este fondo, que acumulaba más de 250 mil millones de pesos, ha sido clave para desarrollar obras de conectividad en localidades que suelen ser ignoradas por las grandes empresas de telecomunicaciones.
El ministro de Conectividad y Modernización, Antonio Curciarello, junto con el presidente de EMPATEL SAPEM, Andrés Zulueta, emitieron un comunicado expresando su enérgico rechazo a esta medida. Según señalaron, el FSU no solo permitía la expansión de internet y señal de celular en zonas desatendidas, sino que también financiaba programas de inclusión digital, como la entrega de tablets a adultos mayores.
Una decisión que profundiza desigualdades
El comunicado advierte que la eliminación del FSU no es solo una decisión económica, sino una acción que agrava la desigualdad en el acceso a servicios básicos de conectividad. Según datos del ENACOM, más de 2.000 pueblos en Argentina no tienen acceso a telefonía móvil, una situación que este fondo buscaba revertir.
La fuente de financiamiento del FSU provenía del 1% de los ingresos netos de las empresas de telecomunicaciones, un aporte que, aunque pequeño, resultaba crucial para localidades como Cuchillo Có y Carro Quemado, en La Pampa, donde ahora se disfruta de internet de alta velocidad gracias a obras realizadas con este fondo.
Impacto en La Pampa: un ejemplo de federalismo en riesgo
En La Pampa, el FSU permitió la instalación de fibra óptica en 22 localidades, beneficiando a más de 7.400 hogares. Proyectos como estos demuestran la importancia de contar con políticas federales que prioricen el desarrollo en regiones alejadas de los grandes centros urbanos. Además, estos logros no fueron exclusivos del sector público, ya que pymes y cooperativas también se beneficiaron al utilizar las redes provinciales.
El ministro Curciarello destacó la contradicción de eliminar un fondo que ha demostrado ser efectivo en áreas rurales y semiurbanas. "Es imperativo que quienes queremos un país federal rechacemos esta medida que atenta contra el desarrollo del interior", afirmó.
Un futuro incierto para los sectores más vulnerables
La eliminación del FSU también pone en riesgo el avance de obras actualmente en ejecución en La Pampa, ya que los desembolsos comprometidos por ENACOM se encuentran detenidos desde hace meses. Pese a ello, el gobierno provincial decidió continuar con los proyectos, evidenciando el compromiso con las demandas de la población.
El comunicado no deja dudas: esta decisión favorece a las grandes multinacionales del sector, dejando de lado las necesidades de las provincias y promoviendo el desarraigo en localidades donde la conectividad es clave para acceder a servicios de salud, educación y oportunidades económicas.
Un llamado a la reflexión
La eliminación del FSU no es solo una cuestión técnica o financiera. Es una decisión que afecta a miles de argentinos que viven en el interior del país y que dependen de estas políticas para mejorar su calidad de vida. "La pregunta que debemos hacernos es cómo garantizamos derechos y promovemos el desarrollo en todo el territorio nacional. Esto, sin dudas, no se logra con menos Estado, sino con un Estado inteligente y promotor de derechos", concluyó Curciarello.
La expectativa ahora recae en el Congreso, que tendrá la oportunidad de decidir si avala o rechaza este decreto. Mientras tanto, las provincias, las cooperativas y las pymes afectadas alzan su voz en defensa de una Argentina conectada para todos y todas.