Tras ocho intensas jornadas de testimonios y alegatos, el jurado popular ha declarado por unanimidad a Pablo Parra culpable del femicidio de Agustina Fernández, la joven pampeana asesinada el 2 de julio de 2022 en Cipolletti. La decisión del jurado se produjo después de evaluar detenidamente los argumentos presentados por la Fiscalía, la querella y la defensa.
Durante el juicio, tanto la Fiscalía como la querella sostuvieron que se había probado sobradamente la acusación contra Parra. Por su parte, la defensa argumentó que existía un sesgo en contra de su defendido y que se lo había construido como el único responsable posible del crimen.
Los fiscales Santiago Márquez Gauna y Martín Pezzetta destacaron que la muerte de Agustina fue un femicidio, con características que se ajustan a este tipo de crimen: una motivación, un detonante y un intento de ocultamiento del hecho. Pezzetta señaló que Parra estaba obsesionado con Agustina, y que el detonante fue el encuentro que la joven tuvo con Natanael Carrasco horas antes del ataque.
Además, se resaltó el ocultamiento de Parra durante la investigación, con acciones que intentaban construir una versión alternativa de los hechos. Márquez Gauna hizo hincapié en que Parra nunca probó su coartada y que sus acciones posteriores al crimen indicaban una clara intención de encubrimiento.
Tras el alegato de la querella, los padres de Agustina se dirigieron al jurado, solicitando justicia y destacando el dolor irreparable que les ha causado la pérdida de su hija. Por su parte, el abogado defensor, Juan Manuel Coto, insistió en la inocencia de Parra y argumentó la falta de evidencias contundentes en su contra.
La lectura del veredicto provocó una oleada de emociones entre los familiares de Agustina, quienes se abrazaron entre lágrimas al conocer la decisión del jurado. La madre de la joven agradeció el apoyo de la sociedad y exigió que este caso sirva como un punto de inflexión en la lucha contra la violencia de género.
Con este veredicto, se espera que el juicio de cesura determine la pena correspondiente para Pablo Parra, la cual podría ser prisión perpetua dada la gravedad del crimen y su naturaleza femicida.
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