"No se olviden de su cara": una madre exige justicia para sus tres hijos víctimas de abusos y violencia

La Pampa
6 jun
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Micaela Cuta, una joven madre pampeana, decidió romper el silencio y exponer públicamente el calvario que atraviesa junto a sus tres hijos, luego de haber sido víctimas de un historial marcado por el abuso sexual, la violencia extrema y el desamparo institucional. Hoy, con dolor y desesperación, exige que la justicia no los obligue a revincularse con su padre biológico, Brian Carrá, condenado por incendio intencional y acusado de abuso sexual contra sus propios hijos.

La historia comienza en 2016, cuando Micaela denunció que uno de sus hijos había sido víctima de abuso por parte de su progenitor. Sin embargo, el proceso judicial quedó estancado: nunca se realizó la Cámara Gesell, porque el niño presentaba dificultades en el habla y fue considerado "no apto" para declarar. “Ya pasaron casi 9 años de espera”, relató la mujer con impotencia.

En 2019, el mismo hombre fue condenado a cinco años de prisión por incendiar la casa de la madre de Micaela, en un episodio calificado como incendio intencional y con peligro de derrumbe. En el momento del ataque, toda la familia se encontraba en el interior de la vivienda, lo que refuerza la sospecha de intento de homicidio.

Una revinculación impuesta y sus secuelas devastadoras

Lejos de ser escuchada, a fines de 2024, la Defensoría Nº 2 ordenó la revinculación de los niños con la familia paterna, bajo el argumento de que no existían impedimentos formales. Según denunció Micaela, esta decisión se tomó sin considerar las causas judiciales en curso, ni los antecedentes de violencia y abuso.

Lo más grave, asegura, es que en ese proceso revinculatorio los familiares del agresor forzaron una videollamada entre los niños y Brian Carrá, a pesar de que el contacto estaba vedado. Desde ese momento, “mis hijos no fueron más los mismos”, explicó. Uno de ellos, en particular, cayó en una profunda crisis emocional, sufrió intentos de suicidio y expresó su terror a ser nuevamente entregado a su padre: “me pedía llorando que no lo dejara volver con él”.

En un posteo desgarrador que publicó en sus redes sociales, Micaela afirmó: “Hoy ella pudo hablar y contar cómo ese ser despreciable y repugnante no solo abusó de ella, sino también de sus otros dos hermanos”. Y advirtió: “Nadie nos cuidó. Nos obligaron a revincularnos sin personal especializado. Nos pusieron en riesgo”.

Justicia lenta, condena social

Cansada de esperar una respuesta del sistema judicial, y temerosa de las represalias que podrían venir, Micaela decidió hacer pública la imagen del agresor y exigir una condena social. “Que cada vez que ingrese a la provincia, sea él quien sienta miedo de caminar por la calle y no mis hijos. Que Brian Carrá pague por todo el daño que ocasionó. Por romper y dañar tres infancias”.

Desde el Ministerio Público Fiscal, ante la repercusión pública del caso, reconocieron que la denuncia está siendo analizada y que se solicitó información adicional a las defensorías civiles y organismos de niñez que intervinieron. “Queremos ver bien las causales. Está en investigación”, indicaron a medios locales.

Un grito desesperado

La lucha de Micaela Cuta es la de muchas madres que deben enfrentarse a estructuras judiciales lentas, descoordinadas y carentes de perspectiva de infancia y género. Su testimonio es un pedido urgente para que la justicia actúe con celeridad, para que el Estado proteja efectivamente a los niños y niñas, y para que hechos tan graves no queden, una vez más, en el olvido.