En la noche del sábado, la policía respondió a un angustioso pedido de auxilio realizado por un valiente niño desde un teléfono celular en la calle Reconquista al 1.500, casi Uspallata. El menor llamó desesperadamente a las autoridades para evitar una nueva golpiza propinada por su padrastro, quien anteriormente había sido policía pero fue dado de baja.

Según los vecinos del lugar, tanto la madre como el padrastro presentan un preocupante problema de consumo de alcohol y el niño suele ser víctima de sus violentos arrebatos.
Ante la gravedad de la situación, algunos vecinos decidieron actuar y contactaron la línea 102, destinada a recibir denuncias relacionadas con violencia contra niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, se encontraron con un proceso burocrático que retrasó la activación del dispositivo de protección, ya que exigían el nombre y apellido de todos los involucrados, información que no tenían disponible en ese momento.
Mientras esperaban una respuesta por parte de la línea 102, la policía llegó rápidamente al lugar y pudo intervenir a tiempo para evitar que el padrastro agrediera nuevamente al niño.
Como resultado de la intervención policial, tanto la madre como el padrastro fueron detenidos, enfrentando cargos por maltrato infantil. Mientras tanto, el valiente niño quedó bajo el cuidado de su abuela, procurándose su bienestar y seguridad.
Este alarmante incidente pone en evidencia la importancia de contar con mecanismos de denuncia ágiles y eficientes para actuar en situaciones de violencia familiar, especialmente cuando los más vulnerables, como este valiente niño, necesitan protección y ayuda inmediata. Es esencial que los sistemas de asistencia a la infancia estén preparados para responder de manera inmediata y efectiva ante situaciones de emergencia como esta.