Malestar en el campo por el fin de la baja de retenciones para soja y maíz: "Es una mala señal", advirtió CRA
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- hace 6 días
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El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Carlos Castagnani, expresó el profundo malestar que reina en el sector agropecuario tras la decisión del Gobierno nacional de no prorrogar la rebaja de retenciones para productos clave como la soja y el maíz. "Esperábamos que se mantuviera la medida por el contexto actual. Con precios internacionales en baja, altos costos internos y fuerte presión impositiva, esto agrava aún más la situación", advirtió el dirigente rural en declaraciones a Rivadavia AM 630.

Si bien el Ejecutivo decidió extender la rebaja de los derechos de exportación únicamente para el trigo y la cebada, la exclusión de los dos principales cultivos del país encendió las alarmas entre los productores. "La rentabilidad es nula en muchos casos, y directamente de quebranto en otros, especialmente para quienes están lejos de los puertos", remarcó Castagnani.
"Cuando se dan señales claras, el campo responde"
A pesar de las diferencias, el presidente de CRA destacó que el vínculo institucional con las autoridades se mantiene: "La relación es buena. Hay diálogo frecuente. Pero, por supuesto, tenemos diferencias y se las hacemos saber. Esta medida era clave para sostener al productor".
Castagnani subrayó que el impacto de las decisiones oficiales se ve reflejado de forma inmediata en la actitud de los productores. "Con trigo y cebada, que sí conservaron la baja de retenciones, ya se ve un mayor entusiasmo para sembrar. Todo lo que no se va en impuestos, el productor lo reinvierte en tecnología y fertilizantes", explicó.

Incertidumbre y preocupación en el sector
El titular de CRA concluyó con una advertencia respecto del futuro inmediato del agro argentino. "El productor necesita certezas, porque está invirtiendo a riesgo. La marcha atrás con esta medida es una mala señal", sostuvo.
Desde el sector agropecuario aseguran que, sin medidas de alivio concretas, la combinación de altos costos internos, baja de los precios internacionales y carga tributaria excesiva pone en jaque la rentabilidad y la competitividad de uno de los motores económicos del país.