La ola de calor registrada a fines de enero y principios de febrero ha tenido un impacto significativo en la producción de soja y maíz en Argentina, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
La reciente ola de calor que azotó a Argentina a fines de enero y principios de febrero ha generado preocupación en el sector agrícola, ya que se espera una disminución en la producción de soja y maíz para este año.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, se esperaba una "súper campaña" para ambos cultivos, pero la ola de calor ha cambiado drásticamente el panorama. Se estima que la producción de soja podría caer a 49,5 millones de toneladas, por debajo de las proyecciones iniciales.
El informe señala que la ola de calor prolongada, que comenzó el 17 de enero, tuvo un impacto negativo en la soja de primera, provocando el aborto de chauchas y reduciendo los rendimientos potenciales. Este deterioro ha llevado a un recorte de 2,5 millones de toneladas en comparación con las estimaciones anteriores.
Además, la situación de la soja de segunda también es preocupante, con daños generalizados en la región pampeana y una estimación de 750.000 hectáreas no cosechables debido a las caídas en los rendimientos.
En cuanto al maíz, la producción también se verá afectada, con una disminución de 2 millones de toneladas en comparación con las proyecciones anteriores. Se estima que la producción de maíz para el ciclo 2023/24 será de 57 millones de toneladas, lo que representa una caída del 3,4%.
La Bolsa de Rosario lamentó esta situación, destacando que las expectativas a principios de enero eran muy diferentes debido al ambiente de alta producción que se estaba experimentando.
El impacto de la ola de calor ha revertido las posibilidades de obtener una "súper campaña" tanto para la soja como para el maíz, lo que representa un desafío adicional para el sector agrícola en Argentina.
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