La brecha de precios en alimentos se amplía: el consumidor paga 3,8 veces más que el productor
- Nacionales
- 17 feb
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Según el Indicador de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en enero se registró una notable disparidad en la cadena de comercialización de agroalimentos: por cada $1 que recibe el productor, el consumidor desembolsa $3,8.

Participación del productor en el Precio Final
El estudio revela que, en promedio, los productores representan el 22,7% del precio de venta final, lo que implica un incremento del 8,1% en comparación con el último mes de 2024. Dentro de esta dinámica, los productores de pollo encabezan la lista con una participación del 49,8%, mientras que los de zanahoria se ubican en el extremo inferior, con apenas un 7,9%.
Factores que influyen en la escalada de precios
La jornada de enero se caracterizó por:
Consumo deprimido: en parte atribuible al período vacacional.
Condiciones climáticas adversas.
Altos costos: tanto en producción como en logística y comercialización.
Además, la apertura de importaciones —generalmente realizada por grandes hipermercados y empresas— ha encarecido la oferta nacional. Los altos costos de insumos e impuestos han dejado a los productores regionales en una situación de desventaja competitiva frente a la importación.
Diferencias entre el sector frutihortícola y el de origen animal
El análisis del IPOD destaca dos realidades en la cadena de valor:
Frutihortícola: En el caso de las 19 frutas y hortalizas que integran esta canasta, los precios se multiplicaron por 6,3 veces de campo a góndola en enero, mostrando además una disminución del 8,7% respecto a diciembre.
Origen animal: Para los cinco productos y subproductos de esta canasta, el consumidor abonó, en promedio, tres veces más de lo que recibe el productor, lo que representa un aumento del 3,4% en comparación con diciembre 2024.
Estas diferencias reflejan el grado de transparencia en cada mercado. Mientras que en el sector de frutas y hortalizas los actores de la cadena comercial mantienen márgenes elevados para preservar la rentabilidad, en el mercado ganadero se observa mayor transparencia y estabilidad, con márgenes que no permiten grandes especulaciones.
Conclusión
El estudio del IPOD pone de manifiesto las tensiones y disparidades existentes en la cadena de valor de los agroalimentos, revelando cómo el precio final que paga el consumidor se inflaciona significativamente en comparación con lo que recibe el productor. Este escenario no solo evidencia los desafíos inherentes al sector —como los altos costos y la competencia de importaciones—, sino que también llama a una mayor revisión de la cadena de comercialización para alcanzar un equilibrio que beneficie a todos los actores involucrados.