La comunidad de Toay se encuentra consternada ante un acto de crueldad sin precedentes: el brutal faenamiento y decapitación de un caballo manso, de andar, que era el compañero inseparable de una adolescente local en desfiles gauchos. El animal, conocido cariñosamente como "Cascote", contaba apenas con 4 años de edad.
El terrible suceso tuvo lugar durante la noche en las zonas de quintas ubicadas sobre la 13 de Caballería oeste de la localidad vecina. Hugo Vilchez, tío de la joven propietaria del equino, relató con indignación cómo se descubrió el macabro hallazgo cerca de la Ruta Provincial 9, pasando los hornos de ladrillos de la zona. "Encontraron la cabeza y parte del esqueleto porque le sacaron toda la pupa, toda la carne", expresó Vilchez a El Diario.
El caballo "Cascote" no era solo un animal de carga, sino un verdadero consuelo para su dueña, una adolescente de 15 años que atravesaba momentos difíciles tras la pérdida de un ser querido. Según relató su tío, el caballo representaba un "cable a tierra" para ella, brindándole un respiro en medio de la adversidad.
La intervención de la Patrulla Rural fue crucial en este caso, aunque las inclemencias del tiempo complicaron la recolección de pruebas. "Estuvo la policía en el lugar, pero la lluvia había tapado todos los rastros", destacó Vilchez.
El dolor se intensifica al recordar que, apenas el lunes anterior, el animal había desaparecido misteriosamente de la quinta donde se encontraba, dejando una tranquera abierta. La adolescente, ajena a la tragedia, lo buscaba con esperanza por los alrededores de Toay. "Fue una situación muy triste, no sabíamos cómo explicarle", lamentó Vilchez.
El repudio y la indignación en la comunidad son palpables, mientras se espera que las autoridades investiguen este acto inhumano y se haga justicia por "Cascote". La memoria del caballo manso y su valioso vínculo con su joven dueña quedarán grabados en la memoria de quienes conocieron esta historia de amor y crueldad.
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