Nuestra amada Winifreda hoy cumple 107 años de vida. Un pueblo lleno de vida y progresos, con gente trabajadora y que por sobre todo ama a su localidad.
La historia de Winifreda es la de una vida escrita con el trazo de los años. Guiada con la mano del siglo... historia de años repletos de pampa solitaria, de recientes y dolientes masacres; años de poca gente, de humildes caseríos, de inmensas esperanzas y de incierto futuro.
Historia de años donde se derramaron lágrimas, sangre y sudor de aquellos que, arrastrados por las aguas del Atlántico y traslados por el cansado paso de algún tren, llegaron a un mundo que prometía ser mejor que aquel del que venían, un mundo de paz, de trabajo, de sueños, de amor.
Historia de aquellos que... llamémosles inmigrantes, antecesores, o simplemente valientes pioneros, hicieron surgir poco a poco nuestro pueblo, para que apareciera en él una casa, una familia, una escuela, una iglesia, un futuro por vivir.
Pocos quisieron seguir los pasos de esta historia, tal vez porque no les pareció interesante, tal vez porque quienes la construyeron ya no existen y los que quedan no han sabido valorar todas estas cosas que hoy están entre nosotros, o guardadas en un baúl de recuerdos sin olvidos.
En honor a esta historia es que se deben armar voluntades y fuerzas, buscar en bien común, por encima de sectores, grupos o ventajas personales por el bien de este pueblo que aún marcha, por todos aquellos que quieren, trabajan y buscan pero no logran lo que por justicia es básico a todo ser humano: ser una comunidad de paz, amor y trabajo.