El Club Social y Deportivo Winifreda nació de la fusión de los clubes Juventud Unida y Argentino el día 5 de agosto de 1946. En éste nuevo aniversario recordaremos la historia de porque la camiseta del Deportivo Winifreda no fue toda roja.
En los albores de 1946, con el Club Social y Deportivo Winifreda recién fundado, se forjaba una cuestión crucial: el diseño de la casaca que enorgullecería a los jugadores del equipo de fútbol. En busca de inspiración, los dirigentes, jugadores y fervientes seguidores se reunieron para debatir este asunto vital.
Sin embargo, la diversidad de opiniones obstaculizó el consenso, dando paso a una solución única: someter a votación las casacas de los equipos de la primera división de Buenos Aires. Con entusiasmo y voz alta, se llevó a cabo esta peculiar elección, resultando la camiseta del Club Independiente de Avellaneda como la elección mayoritaria, dejando atrás a emblemáticos equipos como River Plate, Boca Juniors y San Lorenzo.
Este inesperado favoritismo hacia el rojo de Avellaneda se debía a la inclinación de la mayoría de los simpatizantes presentes en aquel instante.
Así, el Club Social y Deportivo Winifreda emprendió la tarea de hacer realidad este deseo compartido. Reuniendo fondos de sus propios bolsillos, se acercaron al comisionista de la época, un señor de apellido Roitman. Este comisionista, reconocido por sus múltiples encargos de toda la región, se dispuso a cumplir con la solicitud de los entusiastas winifredenses en su próximo viaje en tren hacia la Capital Federal.
Sin embargo, aquí surgió un giro inesperado en esta historia. El comisionista no era un apasionado del deporte y no recordaba el nombre exacto del equipo. Ante la consulta del vendedor de un comercio cerca de Plaza Miserere, el comisionista respondió que solo recordaba que el equipo era de "Avellaneda". El hábil vendedor interpretó la situación y ofreció dos posibilidades: "seguramente es de Independiente o de Racing Club". Con ciertas dudas, el comisionista concluyó que "Racing Club" era el último nombre que le habían mencionado, sellando así el destino de los colores de Winifreda.
Así fue como, ya sea por el olvido de un comisionista o por una especie de fortuna inesperada, el Club Social y Deportivo Winifreda adoptó los icónicos colores celestes y blancos a bastones verticales, emulando la camiseta del Racing Club de Avellaneda.
Y aunque en algún momento de su historia el Deportivo Winifreda experimentó con casacas diferentes, como el blanco total que los llevó a ser llamados "los merengues", o el azul y rojo proveniente de Barcelona gracias a un famoso párroco, la historia de sus colores permanece arraigada en esta singular elección que continúa definiendo su identidad hasta nuestros días.
Con el paso del tiempo, esta curiosa anécdota se ha convertido en una parte esencial del legado del Club Social y Deportivo Winifreda, una historia que encarna la pasión, la casualidad y la lealtad que se forjan en el mundo del fútbol.