Con la participación de más de 60 personas, algunas de ellas llegadas desde provincias vecinas, un grupo de pampeanas y pampeanos concretó el sábado la recolección de las 72 botellas de un vino pampeano que hace ocho meses sumergieron en el lecho del río Colorado, aguas debajo de la represa Casa de Piedra. “Fue una verdadera patriada, llena de emoción”, sintetizó Claudio “Toro” Ramírez, uno de los impulsores de esta innovadora iniciativa, que busca defender los ríos, promover los vinos pampeanos y aportar mayor difusión a la villa turística pampeana. El 4 de febrero, los vinos serán subastados en una vinoteca de Santa Rosa.
La idea de añejar botellas de vino en el lecho del río Colorado sigue una propuesta que ya se concretó, también en forma exitosa, en Las Grutas y en provincia de Mendoza. Busca reivindicar la importancia del río, promover su uso con distintos fines, valorizar la creciente industria del vino pampeano, en este caso a partir de una producción de mediana escala, y promocionar la villa turística de Casa de Piedra.
Claudio “Toro” Ramirez, guardavidas en Casa de Piedra y activo impulsor de estas actividades, fue quien hizo punta y rápidamente congregó en torno suyo a un grupo de unas quince personas, que fueron quienes llevaron adelante la propuesta. El sábado, el grupo inicial se multiplicó varias veces.
En lo profundo del río.
El sábado 21 de enero, la actividad en la playita ubicada aguas abajo de la represa, junto al mirador cercano a la antigua villa, comenzó a media mañana, con la concentración de este grupo de amigos y profesionales en el lugar. Tuvo su pico en horas del mediodía, cuando los buzos Gustavo Suárez, de Acqua Pampa, Claudio “Toro” Ramírez, de Casa de Piedra, y Pablo Garro, de Santa Rosa, recuperaron las botellas que a mediados de 2022 depositaron en el lecho del río patagónico, a unos 8 metros de profundidad.
Para las 13.00, las 72 botellas del vino Arumcó que el ex diputado y ex secretario de Recursos Hídricos pampeano, Juan Pablo Morisoli, produce en su finca de Gobernador Duval y vinifica en la bodega Lejanía, habían sido sacadas a superficie. No se perdió ninguna y todas estaban intactas.
Una a una y con extremo cuidado los buzos depositaron los envases en dos canoas. En la playa las esperaban un pasamanos de personas que, también con toda la cautela, las llevó hasta un gazebo que se improvisó en la costa.
La algarabía y el festejo tuvo su momento más intenso cuando el docente universitario Omar “Cacho” Del Ponti, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, descorchó la primera botella. Fue un momento de enorme alegría y satisfacción, que vino a coronar el esfuerzo realizado y la ansiedad que genera la espera de ocho meses.
Las cuatro botellas que se abrieron se degustaron en el lugar. Fue el broche de oro para tan intensa jornada.
La importante concentración de personas, mucho mayor a la esperada, fue propicia para que los responsables de la proveeduría de Casa de Piedra se trasladaran hasta el lugar y pudieran comercializar sus productos.
Tras la intensa jornada, y con la voz ronca por tantas emociones, Claudio Ramírez contó que las botellas se encontraban “en perfecto estado” e incluso algunas de ellas tenían adheridos pequeños caracoles de río, evidencia de que aún a esa profundidad y con tan poca luz directa, hay vida subacuática.
“Fue algo increíble -contó-. Hicimos una cadena humana y nos pasamos las botellas entre todos. Después abrimos cuatro y brindamos al grito de ‘yapay peñí’ que ¡salud hermano! en ranquel. Fue un momento de muchísima emoción, muy profundo”, confesó.
Las botellas restantes serán subastadas el sábado 4 de febrero en Santa Rosa, en la vinoteca Marzo Sur. El dinero recaudado será donado a las delegaciones de Santa Rosa y General Pico de Lalcec.
Segunda inmersión.
Junto con los buzos, el ex secretario Morisoli y el docente e investigador Del Ponti, estuvieron en el lugar el presidente del Ente Provincial del Río Colorado (EPRC), Enrique Schmidt; el docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Jaime Bernardos; los residentes locales Alberto Vico, Sergio Fernández y Fernando Ottone -quienes colaboraron en la logística del operativo-; la emprendedora Florencia Rebolini, que posee cabañas en la villa; y una gran cantidad de personas, tanto de La Pampa como de Río Negro, que viajaron espontáneamente y por sus medios hasta la villa.
Martín Cantariños, de Santa Rosa, y Nicolás Siri, de General Roca, aportaron sus embarcaciones para el rescate de las botellas.
Por lo pronto el grupo fundacional planea volver a reunirse en algún momento después de la subasta y proyectar una segunda parte. Para el segundo operativo están pensando más en grande: ya hablan de sumergir 250 botellas.