Especialistas del CONICET desarrollan vacuna para prevenir la enfermedad de Chagas
- Nacionales
- 27 ene
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Especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario (IDICER), liderado por la investigadora Ana Rosa Pérez, y del Laboratorio de Tecnología Inmunológica de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), a cargo de Iván Marcipar, trabajan en el diseño de un prototipo vacunal de administración nasal para prevenir la enfermedad de Chagas.

Un abordaje innovador
Según los primeros ensayos preclínicos realizados en modelos animales, esta vacuna demostró una disminución de la miocarditis, la inflamación y las alteraciones electrocardiográficas que caracterizan la fase crónica de la enfermedad. Este hallazgo resulta relevante porque la mayor parte de los estudios de eficacia en vacunas para el Chagas se han concentrado en la fase aguda, inmediatamente posterior a la infección.
“La enfermedad de Chagas, mal llamada Mal de Chagas, es una dolencia parasitaria provocada por el protozoario Trypanosoma cruzi, que afecta principalmente al corazón en aproximadamente el 30% de los individuos infectados”, explica la directora del IDICER, Ana Rosa Pérez. Además, puede causar megavísceras (agrandamiento del colon y el esófago) y, con menor frecuencia, alteraciones neurológicas.
El desafío de la fase crónica
En Argentina, la principal consecuencia de la infección es la miocarditis chagásica crónica (MCC), que puede surgir entre 15 y 30 años después del contagio, comúnmente ocurrido en la infancia. Esto significa que afecta, sobre todo, a personas entre 30 y 40 años o más, impactando en su calidad de vida y productividad. En casos severos, la MCC puede llevar a la insuficiencia cardíaca o incluso a la muerte súbita.
La enfermedad transcurre en dos etapas:
Fase aguda: los primeros dos o tres meses tras el contagio.
Fase crónica: que se divide en la etapa “crónica indeterminada” (sin síntomas aparentes) y la “crónica sintomática” (en la que surgen la miocardiopatía y las megavísceras).

Limitaciones de los medicamentos vigentes
Actualmente, existen dos fármacos para tratar el Chagas, el benznidazol y el nifurtimox, desarrollados hace más de 70 años. Son muy efectivos en la fase aguda, pero esta etapa suele pasar desapercibida, y cuando los síntomas se manifiestan décadas después, su eficacia se reduce drásticamente. “La mayor parte de los infectados no recibió el tratamiento adecuado a tiempo”, lamenta Pérez.
Una vacuna preventiva y su versión terapéutica
La vacuna desarrollada en el IDICER es de carácter preventivo y, como novedad, se aplica por vía nasal, lo cual podría facilitar su aceptación e implementación. No está destinada a quienes ya cursen la enfermedad, sino a evitar la infección o, al menos, la progresión hacia la fase crónica. Paralelamente, el grupo que lidera Iván Marcipar en la UNL trabaja en una vacuna terapéutica, que podría aplicarse a quienes ya se encuentran en la fase crónica indeterminada para impedir la aparición de la miocarditis.
Ambos proyectos se encuentran en etapa preclínica, con estudios in vivo e in vitro para evaluar la seguridad y eficacia de los prototipos. Aún no se han realizado ensayos en seres humanos.
Próximos pasos y necesidad de financiamiento
La directora del IDICER advierte que “se necesitan fondos para continuar con las siguientes fases de la investigación y luego recorrer un largo camino hasta que, si su efectividad se comprueba en humanos, pueda comercializarse”. En ese sentido, el hallazgo abre una ventana de esperanza para controlar una enfermedad que aún constituye un problema de salud pública en gran parte de Latinoamérica. De prosperar, la vacuna nasal representaría un avance histórico en la lucha contra el Chagas, mejorando la calidad de vida de millones de personas en riesgo de contraer la infección.