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Foto del escritorFernando “Catuto” Ojeda

“El Girasolero” un periódico que dejó huellas en nuestro pueblo

El Girasolero fue una publicación periodística que existió en Winifreda durante los años 80, más exactamente entre 1988 y 1990. Esta experiencia periodística fue coordinada por el profesor Daniel Pellegrino, que además fue hacedor periodístico y radial.

El Girasolero sale por vez primera en 1988 pero antes tuvo su origen como periódico mural “La Avispa”.

Cronista: Fer Catuto Ojeda.

Estuvimos charlando con Daniel sobre esta experiencia, como así también con otras personas ligadas a este periódico.


Entre sus participantes se encontraban, Ángel Koller conocido en nuestro pueblo como “Jato”, Darío Jañez, Sergio Bellendir conocido como “Leo”, …


Daniel Pellegrino

Daniel sostiene un ejemplar de El Girasolero

_Esto que hicimos con “El Girasolero”, primero lo hicimos con el periódico mural “La Avispa”. Pero también hicimos con los estudiantes una especie de cine club- video club. El tema fue que por el año 87 quien era rector del colegio Rubén García se fue a trabajar a la cooperativa de electricidad, el que lo requiere para dicha actividad es Clemente Salvetti, entonces ahí queda Carmen Gutierrez como rectora y ahí entro yo como profesor de algunas horas en Lengua y Literatura de 3er y 4to año. La cosa que pensé, como hago para que los chicos se metieran con la materia, dar sintaxis, análisis de oraciones como uno a veces piensa la teoría dije no tengo que buscar otras formas, entonces pensé en el periódico, en el trabajo de taller, de producción de textos y que a su vez haya un vínculo con nuestro pueblo, con lo cotidiano. El trabajo que llevamos adelante con el periódico fue integrativo, había estudiantes como Javier “El Aceituna” que en el aula no leía o no hacia cuestiones ligadas a lo estrictamente de la materia con el periódico participaba, porque su destreza era el dibujo y lo hacía bien y se comprometía, lo hacía con ganas.


_Bueno esto que comentas Daniel, fue un poco lo que me expresó “Leo” en la charla que tuve con él hace unos días.

_“Nosotros íbamos a hacer el periódico con ganas, porque nosotros encontramos ahí un lugar de contención. Vos fíjate la calidad de dibujos, había ingenio, sabés quien hacía estos dibujos ‘El Acei” Javier Sereno, mientras no hacía nada en ninguna materia al periódico iba y trabajaba. El eligió participar, ser parte de un grupo de trabajo donde teníamos que pensar temas a tratar periodísticamente que luego el pueblo iba a leer en nuestro periódico. Un periódico que trataba de cosas que nos pasaban a nosotros como habitantes de Winifreda y que no eran temas de los que se ocupara La Arena o La Reforma o algún otro diario de importancia provincial” (Sergio “Leo” Bellendir)


Daniel continúa con su relato sobre aquellos años de “El Girasolero”, dentro del periódico había un integrante que se destacaba con su redacción. Carlos Javier Cornelís, muy buen redactor, además tenía idea sobre qué tema iba a ser propicio para que sea parte del periódico, donde ir a buscar la noticia, que hacer. El ámbito del colegio, también era el ámbito del pueblo. Y por su puesto una vez que El Girasolero salía a la calle después venían las réplicas… (Daniel esboza una risa compinche con dichas situaciones vividas).


Mate de por medio, Daniel sigue con el ejercicio de la memoria y remarca el uso del humor de “El Girasolero”. Había una sección del chisme del grupo o de la gama de los jóvenes donde se hablaba sobre las parejitas que se armaban y se desarmaban (risas). No se ponían los nombres. Eso si muchos de los escribas firmaban con sus iniciales.


Mientras transcurre la charla con Daniel, hay un crepitar de leños que se queman, es que Daniel en su casa conserva el calor de una salamandra que sigue dando calor más allá de la existencia del uso de gas natural. Cuando este cronista le preguntar por los ruidos del crepitar de algo que se tosta, Daniel sonríe y dice no es la salamandra que está a pleno, y hoy me falto echarle unas ramitas de romero.


Daniel vuelve sobre aquellos años en que se reunían para realizar el periódico, le hago notar que “Leo” Bellendir recordaba que se solían reunir en la casa del Director de la Escuela Primaria 104 “Fredo Frediani”, lugar donde también supieron dar clases de guitarra y otras actividades culturales. Daniel se queda pensando y comparte con “Leo” dicho suceso, pero también aclara que ello ocurrió así en un principio porque la biblioteca estaba cerrada y que una de las actividades con que la biblioteca popular “Sarmiento” (hoy llamada Manuel Lej) vuelve a empezar a abrirse fue con las reuniones de “El Girasolero”.

Parte de esa reapertura tenía que ver con el florecer de una nueva vida democrática del país. Argentina venía de 7 años de vivir bajo una dictadura genocida donde la activad de las bibliotecas populares habían sido nula por el poder terrorista de un gobierno de facto y de terror. Muchos libros fueron sacados de la biblioteca popular y nunca más se supieron de ellos.


Daniel le aclara a este interlocutor que le toca escribir esta crónica dialogada.

_Insisto, en el año 1987 fui docente en el colegio secundario IPCR (Instituto Privado Cristo Redentor), durante todo ese año tanto para el periódico que primariamente fue el periódico mural “La Avispa”, como para las funciones del video club nos reuníamos en las dependencias del colegio. Para el año siguiente en 1988 yo ya no era profesor así que nos empezamos a reunir en la biblioteca popular. Lo que no recuerdo bien cómo fue que conseguí entrar o a través de quien fue que pudimos empezar a reunirnos en la biblioteca.


_Mirá Daniel, yo hablé con Hugo Villalva y él estaba en la comisión de cultura en ese entonces,…

_Ah entonces fue a través de él que logramos empezar a reunirnos ahí.


_Claro, y Hugo recuerda que tras las críticas que solían hacer los jóvenes escribas del periódico sobre algunas decisiones que tomaba el intendente que en ese entonces era “Chique” Néstor Cases, Hugo risueño le decía al intendente “Son jóvenes y necesitan y es su derecho expresarse”…(risas). Como así también recuerda Hugo que el periódico se fotocopiaba con la fotocopiadora de la municipalidad.

_Si es cierto, en la municipalidad y en la cooperativa pero después en la cooperativa nos cortaron el chorro de tinta y solo seguimos fotocopiando en la municipalidad (Daniel Pellegrino).


Daniel rememora…

_Era un adelanto el uso de la fotocopiadora, era tecnología de punta (risas) ¡porque nosotros veníamos del uso del mimeógrafo!


_Daniel vos sabés que en mis charlas con Jato (Koller), con Darío (Jañez) y con Leo (Bellendir) sobre cómo era trabajar, escribir sobre lo que ocurría en el pueblo para que saliera publicado en “El Girasolero” había conciencia de que se estaba produciendo noticias que implicaban un nivel de responsabilidad sobre lo que se dijera y que quedara escrito, que se podía ser crítico o hacer alguna crítica pero que todo ello tenía una resonancia social y que lo que se escribiera cada quien grupal o particularmente de quien firmase la nota había una responsabilidad, cosa que hoy no ocurre con lo que hace en las redes sociales de internet.


_Si…es cierto. Ahora te digo que todos teníamos incorporado el sentido de responsabilidad sobre lo que se escribía. Ni si quiera uno tenía que decirlo. Mira cuando el periódico salía a la calle podían hacernos comentarios como “me gustó esto qué escribiste” como así también llegaban los cuestionamientos de “por qué dijiste tal cosa” ese ida y vuelta nos daba el sentido de responsabilidad de que algo que decíamos de manera escrita tenía su respuesta de quien leyera lo que “El Girasolero” publicara. Es lo que en periodismo se conoce como el ida y vuelta entre emisor y receptor. Todo ello nos llevó a pensar como decir las cosas, como presentarlas, con qué estilo.

Observamos uno de los ejemplares del periódico y leemos algunos nombres de quienes participaron del periódico…Marcela Lang


_Claro mirá Marcela Lang, no escribía pero era una de las que laburaba un montón en el diseño y armado del periódico, Pilar Nunia, Claudia Stroh, Carlos Cornelís, HugoZímmerman, Fabio Herlein, Silvia Domke, Marcelo Ponkowsky, Julio Quaglino. Dibujantes: Javier Sereno, Julio Quaglino, y Carlos Cornelís.


Mientras charlamos con Daniel observamos algunos ejemplares de “El Girasolero” y algunas de las secciones eran “romances en el colegio” (risas)…fútbol era otras de las secciones.


Daniel ¿con que frecuencia salía El Girasolero?

_Creo que era cada 15 días, mirá acá está el “Leo” “Triunfo de Sergio Bellendir” que atleta que fue, a ver que dice la nota “…Como ya es sabido el atleta de lujo Sergio Bellendir que asiste a nuestro colegio, ha ido a competir al torneo intercolegial de atletismo. Este torneo fue realizado en Viedma. Sergio se presentó en dos disciplinas, Lanzamiento de Jabalina y Lanzamiento de Bala…”


Daniel sonríe, hace una pausa, y continua comentándonos “hoy nuestro vice intendente”.

_El Girasolero tenía un uso del humor para comunicar o hacer las notas, yo insistía con ello porque era un modo de soltar el lenguaje, eso ayudaba mucho a la hora de escribir. El uso del lenguaje popular era una manera de que los integrantes del periódico tuviesen confianza en sus producciones y a su vez se generaba un vínculo más directo con los lectores. Mira estos crucigramas que eran medios raros los hacía Javier (Cornelís). Lo que más me gustaba o me divertía a mi eran las encuesta que hacían…


Este cronista hojea los originales que Daniel conserva prolijamente encarpetados, en una de sus páginas se lee: encuesta “¿está bien la prohibición de los juegos electrónicos?”, otro título “Winifreda humilló a Quemú Quemú”, Sociales “¿Cómo se portan los alumnos del IPCR?


Daniel ríe con las ocurrencias que tenían los jóvenes escribas, y recuerda que las opiniones más ingeniosas las solía dar “El Valuca” “era extraordinario”.


_ ¿Qué significó para vos Daniel esta experiencia de haber logrado una publicación de un periódico como “El Girasolero” que duró 3 años?

_Para mí fue una experiencia pedagógica, pero que también se salió de la cuestión estrictamente institucional, porque fue algo que logra salir de la cuestión exclusivamente del colegio, eso fue lo que más me interesó. Fue una actividad que hizo que los jóvenes se relacionaran con su pueblo, creo que lo que buscaba era que ellos como jóvenes no padecieran lo que quizás mi generación padeció cuando nos tocó ir al colegio, donde estaba la institucionalidad por un lado, el pueblo por otro lado y nosotros por otro lado. Con el periódico aparte de ejercitar la escritura, ordenar los pensamientos, como organizar la exposición de “x” tema, era también tratar la cotidianidad del pueblo. El periódico salió desde 1987 hasta 1990, después muchos de los que escribían se iban del pueblo a estudiar. En esos años nos reunimos con Juan Carlos Sago y Oscar “El Negro” Puegher para armar una FM, ellos tenían una propaladora, así que fue con ellos que encaramos el proyecto, y Carlitos Navarro estaba como presidente de la Cooperativa Eléctrica, y nos brindó el sucuchín que estaba en la cooperativa y ahí empezamos, aprovechamos la torre que estaba ahí y sin usar y ahí colocamos una antena, una paragüita, y ahí empezamos, se cerraba El Girasolero y empezaba la FM, eran finales del ’89.


_Sabés que me comentó Darío Jañez sobre el periódico, me dijo “el periódico, como la revista de El Museo, como las notas que van saliendo en las web de nuestro pueblo, son importantes porque es la memoria escrita de nuestro pueblo…”

Daniel_ Cuando alguien vaya a revisar la historia de nuestro pueblo se va a encontrar con esto. Qué lindo que hayas podido hablar con los muchachos del periódico. Una de las cosas que me pareció importante de esta actividad que pudimos desarrollar con “El Girasolero” fue que escribíamos con el lenguaje popular con el que se hablaba, eso hacía que los jóvenes no le temieran a escribir con su lenguaje que a su vez era el lenguaje con el que se comunicaba el pueblo. Siempre me pareció importante, porque el lenguaje es con lo que nos identificamos, y el ejercicio es como llevarlo al plano escrito. Ello es un gran ejercicio literario, y creo que con “El Girasolero” algo de ello logramos, fue el ejercicio de la palabra.


Así concluía la charla con quien fuera durante 4 años el coordinador de dos periódicos que escribían y producían jóvenes bachilleres de Winifreda, primero fue el periódico mural “La Avispa” y luego fue el periódico “El Girasolero”. Como bien se dijo antes este cronista recurrió a varios de sus integrantes para dar cuenta de lo que fue “El Girasolero”, entre otros pudimos conversar con Darío Jañez y Sergio Bellendir, como así también nos brindó su testimonio “Jato” Koller, Carlos Javier Cornelís, y Hugo Villalva como colaborador que fue del periódico.


Daniel Pellegrino sosteniendo la carpeta de originales que el tiene de El Girasolero

Javier Cornelís cuando le toca emigrar de nuestro pueblo por sus estudios en medicina dejó una sentida nota de despedida en el periódico N° 17 (año 3) en la página 4. Consultado Javier Cornelís, que hoy reside en Buenos Aires donde ejerce la medicina, por si podíamos publicar dicha nota Javier nos dio el aval de que la publiquemos por lo que ustedes lectores podrán leerla en la imagen que luego encontraran como parte de esta nota. También le consultamos a Javier Cornelís sobre que significó haber sido parte de dicha experiencia, aquí entonces su palabra sobre dicha experiencia.


Javier Cornelís recuerda:

nota de despedida de Javier Cornelís de El Girasolero

_ Hoy en día, no diría cosas muy distintas a lo que escribí ahí. (Se refiere a la nota de despedida que apareció en el periódico N° 17 de “El Girasolero” que ustedes ven reproducida como imagen en esta nota)


Como recuerdo y haciendo el análisis pasadas 3 décadas: Ese periódico era una gran creación de Daniel Pellegrino. Daniel me enseñó muchísimo.


Yo era el gran obrero del periódico, como todo en la vida, le puse mucha garra, siempre parado en los pedales.


Con Daniel aprendí mucho en la compresión de texto y expresión y el manejo de los distintos tipos de lenguajes, principalmente el periodístico.


Tenía una actividad bastante amplia, porque también investigaba los orígenes del pueblo, les hacía entrevistas a los habitantes más viejos, que vieron nacer a Winifreda.


El gran objetivo que siempre tenía en todas las notas que hacía para el periódico era buscarle algo genuino de nuestro pueblo, anécdotas graciosas, invocar a nuestros personajes, etc.


Otra cosa que puedes darte cuánta fácilmente, es que hacíamos todo a pulmón. Era pre-computadoras, sin las facilidades actuales de edición y mucho menos de acceso a la información.


Jato Koller recuerda la época de “El Girasolero”.


_Nos reuníamos en la biblioteca a hacer el periódico, Daniel Pellegrino nos coordinaba, no nos guionaba, ni nos decía sobre qué tema escribir, nosotros escribíamos sobre lo que veíamos que ocurría en el pueblo, en el pueblo en general y sobre lo que ocurría en el colegio en particular, era sobre el devenir cotidiano de Winifreda. Hubo notas que quedaron en la memoria de muchos, por lo particular del suceso, como por ejemplo lo que fue la nota del gallo de la Manuela (mamá del Carlitos Navarro) que corría a la gente cuando pasaba cerca de la casa de la Manuela y un día corrió a una chica un año más joven que nosotros y esa fue una nota de color que tuvo mucha resonancia…(Jato se ríe)


¿Por qué te genera tanta risa ese suceso?

_Por qué yo justo estaba viendo ese suceso, y cuando salió publicado la chica que era compañera en el colegio de nosotros, si bien era un año más chica, era compañera del IPCR, no nos saludo durante un tiempo…El autor de la nota había sido Javier Cornelís. El hecho fue así, yo estaba cuando pasó, el gallo andaba por ahí y la chica iba pasando frente a la gomería del Carlitos Navarro, el gallo siempre andaba en la esquina dando vueltas y la chica venía caminando como quien viene de la casa del Luisito Barabaschi por la calle Alsina que linda con la cancha hacia el lado de donde supo estar La Lomita, es decir de Oeste a Este, cuando llega a la altura de la gomería, el gallo se le planta en frente y no la dejaba pasar, ella intentaba esquivarlo y el gallo le cerraba el paso, y en un movimiento el gallo la deja pasar y la mira, cuando la chica hace un metro el gallo la saca corriendo, ella dispara y el gallo la sigue de atrás unos cuantos metros, malísimo era ese gallo siempre hacía lo mismo (risas). La nota fue una nota de color y todo el mundo esa semana la estuvo comentando. Obvio que a ella mucho no le gusto. Éramos jóvenes, pero nunca hicimos algo con ánimo de dañar a nadie. Daniel siempre nos orientaba en las correcciones de cómo escribir mejor una nota, pero nunca se metió con nuestra línea, en eso nos daba libertad.


Uno de los temas controversiales que tratamos por aquel entonces fue el tema de la prohibición de los videos juegos, y nosotros como jóvenes éramos usuarios de dichos videos juegos. Nosotros nos tocaba plenamente en ese sentido el tema y supimos hacer notas criticando la mirada de la municipalidad sobre el tema. También hubo otras críticas, era nuestra mirada. No teníamos una mirada partidaria a la hora disentir con lo que podía decir o hacer el municipio como órgano de gobierno. Era la mirada de jóvenes que sentían y pensaba diferente, como jóvenes que éramos. Fue una experiencia muy buena para todos, había buenos dibujantes, se hacía recortes de otros periódicos, recatábamos mucho el estilo de las revistas de los 80 como pudo ser la Revista Humor. Cada vez que salía El Girasolero después los comentarios duraban por una semana o más hasta que volviera a salir el nuevo ejemplar. Darío Jañez colaboraba desde Bahía Blanca.


Daniel fue un gran profesor, nos formaba muy bien en como armar un periódico. Fue un lugar de contención para todos participar de El Girasolero. Muchas notas llevaban nuestras iniciales, es decir había un sentido de hacerse cargo de lo que se escribía. Se fotocopiaba el periódico en la municipalidad que no brindaba ese servicio. En el grupo se forjó un gran compañerismo. Había camaradería, pero además convivíamos en varias actividades.

Nosotros podíamos hacer crítica pero no teníamos un sentido de agresión que por ahí eso hoy se perdió, hoy en las redes virtuales hay mucha agresión, cosa que no se hacía con las publicaciones de El Girasolero. El periódico siempre se vendió todo, y tuvo una buena aceptación. Todo fue una iniciativa muy linda y buena de Daniel Pellegrino, sería muy lindo que se volviese a llevar a cabo una actividad así, más allá de las redes, es muy importante que los jóvenes se junten a hacer algo así, que se permitan el debate cara a cara, entre todos, creo que vendría muy bien pensar la posibilidad de que se trabaje con la palabra como herramienta periodística y de comunicación como nosotros lo hicimos, a mí me llena de emoción poder recordar esto que fue bueno para todos, estoy muy agradecido a Daniel Pellegrino que nos permitió abrir la cabeza y poder plasmar nuestras miradas en un periódico y la gente pudo ver con El Girasolero parte de lo que pensábamos por aquellos años.


Este cronista finalmente le pidió la palabra a Hugo Villalva que fue otro de los vecinos winifredenses que por aquellos años supo colaborar con El Girasolero.


Hugo Villalva

_Bueno voy a tratar de recordar ante tu pedido lo que fueron aquella época de la Biblioteca y de El Girasolero. Fue una época en que la biblioteca había estado cerrada muchos años, y con un grupo de vecinos del pueblo logramos re abrirla, y con el apoyo total de la municipalidad con el intendente de aquel momento que era Néstor “Chique” Cases. Una de las actividades que propone Daniel Pellegrino es volver a hacer un periódico, que anteriormente hubo uno que se llamó “La Avispa”, para ello el convoca a los jóvenes que muchos de ellos eran estudiantes del IPCR y de quienes Daniel era o había sido profesor de ellos de Lengua y Literatura. Así es que los jóvenes que participan deciden re bautizar el periódico y lo llaman “El Girasolero”. Ellos trabajan mucho con Daniel, Daniel era el motor y el alma del periódico como así también de la biblioteca, era un grupo muy lindo, muy interesante, con mucho compromiso social, un grupo con mucho humor también. Ellos armaban todo el periódico y después se hacían las copias en la municipalidad, con la fotocopiadora de la municipalidad. El resultado de lo que ellos armaban era realmente interesante (Hugo esboza una risa tímida), a mí siempre por lo general me causaba mucha gracia, porque había mucha crítica a la municipalidad, que era el organismo que más nos apoyaba pero bueno a los chicos hay que darles esos tiempos y esos lugares que se merecen. Recuerdo siempre que salía El Girasolero como presidente de la biblioteca en aquel entonces le acercaba un ejemplar al intendente “Chique” Cases, además yo trabajaba en la oficina de obras públicas de la municipalidad, y entonces cuando “Chique” veía lo que se publicaba, cuando vio el primero y vio lo que se publicó me llamo y me dijo ‘si esa línea era la que iba a seguir teniendo el periódico’ y yo recuerdo que le dije que sí que teníamos que respetar a los chicos, lo que ellos veían, lo que ellos analizaban y lo que ellos les parecía que tenían que escribir. Ante esto “Chique” no me dijo nada, y siempre nos siguió apoyando más allá de las críticas que hacían los chicos en el periódico, creo que eso también fue importante para El Girasolero. Fue una época muy linda, hubo mucha gente también muy comprometida con la biblioteca, todo en esos años fue volver a hacer cosas desde lo cultural. Ahora este grupo de chicos lo que logro con El Girasolero junto don Daniel fue realmente muy lindo e importante.


De esta forma, de una manera dialogal hemos querido honrar lo que fue el periódico “El Girasolero” que durante 3 años dio cuenta periodísticamente de los sucesos de nuestro pueblo. Claro que no solo fue importante en términos periodísticos sino también en términos sociales, colectivo. Este cronista pudo escuchar en mucho de sus integrantes la importancia afectiva y de reconocimiento social, de sentido de pertenencia que tuvo El Girasolero en ellos, sin ir más lejos “Leo” Bellendir supo expresar lo importante que fue para el ser parte del periódico, no solo por el aprendizaje de realizar un periódico sino por el lugar afectivo que allí se forjaba bajo la coordinación de un profesor muy querido por ellos como fue Daniel Pellegrino, en el mismo sentido supieron expresarse Jato Koller, Darío Jañez y Javier Cornelís.


Pedimos disculpas por no haber podido incorporar más voces a esta crónica coral sobre lo que fue nuestro querido periódico “El Girasolero”.

Cronista: Fer Catuto Ojeda.
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