top of page
banner_INCENDIOS_FORESTALES_737x125.gif
publi chica 2.jpg
Reciclados Lucia
fabricio fischer - 400.jpg
celeste publi feb 23.jpg
Carlos Kisner 200
  • Foto del escritorFernando “Catuto” Ojeda

Carlos Alberto Müller: Un arquitecto funcional, un arquitecto socialmente humano

Carlos Alberto Müller 68 años, mentado en su pueblo como “Carlitos Miller”. Su hermano se llamó Raúl Eloy, su hermana más chica se llama Silvia Sotelo. Su papá fue Pedro Müller, su mamá “Ñata” se llevó por nombre Consuelo Victoria Cantera.

cronista: Fernando “Catuto” Ojeda
mail: fernandocatuto@gmail.com

Carlos estuvo casado con Adriana Fernández. Caritos sostiene que con su ex hoy son grandes amigos. Carlos y Adriana tuvieron un hijo llamado Juan Pablo que es el mayor, luego sigue María Magdalena conocida como “Magui” y la menor es Ana Paula. Tienen un nieto llamado Valentino, hijo de Ana Paula.


Carlos estudió en el IPCR (Instituto Privado Cristo Redentor) de Winifreda, hasta 3er año, luego continuó sus estudios en el Colegio Nacional de Santa Rosa y más tarde continuo con sus estudios universitarios en la Universidad Nacional de Córdoba.


_Cuando me fui a estudiar a Córdoba primero fui a la Universidad Católica, ahí estuve un año y después me fui a la Pública.


_Antes de todo ello Carlitos vamos a empezar por la infancia winifredense…

_Bueno ahí tengo que nombrártelo a tu viejo, jugábamos todos los días. Cuando el Pety no venía iba yo a buscarlo. Jugábamos acá en el patio al futbol. Jugaba el Pety y el Juan contra Cacho y contra mí. Mi hermano y el Juan eran unos pataduras bárbaros. Y como el Pety era el más chiquitito por eso le decimos Pety. Yo igual siempre lo llamo Víctor, Víctor Miguel Ojeda. Hemos sido muy amigos con Víctor. Y cuando no jugábamos acá en el patio, la plaza tenía las veredas de tierra. Nos cruzábamos a la plaza y ya teníamos la canchita ahí. Yo ahora que ya pasaron todos los años, miro la plaza y veo a los chicos jugando a la pelota ahí. Todo eso me traen recuerdo de aquella infancia que vivimos nosotros. Creo que hemos tenido una muy linda infancia. Mis viejos eran laburantes, tus abuelos fueron laburantes, y así fuimos criados, fue una hermosa infancia. Con tu viejo siempre nos tocó jugar juntos al fútbol. Había partidos de la calle de plaza para allá (y señala al este, es decir al barrio Moscú). Allá estaban los Pascal, los Schwaller, y después estábamos los que vivíamos de la calle de plaza para este lado. Los de este lado éramos, tu viejo, el negro Núñez, el Machi Montero, después más allá estaban los del Cuna y barrio, que en ese equipo estaba Hugo Villalva. Hugo vivía donde hoy está el Pato Martínez. Ahí fue la primera escuela que hubo en Winifreda. Después vivió la familia Villalva, era un salón grande, y se hacían fiestas también.


_Claro, era grande y ahí se hizo los festejos del casamiento de Clemente Salvetti y la Buby. Como recordás los alrededores de tu casa, de esta casa.

_Acá al lado estaba el abuelo Brendle. Esta casa, que era la casa de mis viejos no tenía el salón de acá adelante. El salón se hizo allá por el año ’58. Sabés que me acuerdo que el constructor no era de acá. Cuando paraba a comer hacía unos bifes saltados con cebolla y ajo que a mí me encantaba y me iba a comer con él, y con los albañiles, jaja. Después de esta casa seguía la farmacia. La farmacia en ese tiempo era de una farmacéutica llamada Ana Giunta. Ella era de Villa Mercedes (San Luis). Después estaba el correo, que mi viejo fue dueño de todo eso. Después mi viejo vendió la casa del correo, se la vendió a Chernisky. Después cuando mi abuela se vino a vivir al pueblo, mi abuela Salomé, mi viejo le dio la casa de acá al lado. Después cuando falto la abuela esa casa se vendió. Después más allá estaba Baldovino, que además de la amistad que teníamos con Pina, Elena y La Mari, estaba la pileta, era el lugar común donde se juntaba todo el barrio. Creo que era la única pileta en todo el pueblo. Después teníamos el tanque de la feria, y ahí íbamos nosotros que éramos medios salvajes. La feria que está acá nomás atravesando las vías. En aquel tiempo era la feria de Colombo y Magliano. Es donde estaba Arguello. Después acá a la vuelta de la plaza estaba el conventillo donde vivían los Llanos, y también había un conventillo donde hoy está la sala velatoria de la cooperativa y la casa que era de Mutti. Que esa casa de Mutti fue el primer proyecto que hice en Winifreda, donde hoy vive tu hermana.


Sabés antes de seguir con este tema de lo que pude haber hecho con mí que hacer de arquitecto, quiero contarte algunas cosas más de aquellos años de infancia y los tiempos del secundario acá en Winifreda. Fue una época muy linda para mí. Fueron 3 años hermosos en el IPCR, fueron hermosos porque estábamos todos los amigos. Creo que compañeras mujeres eran 4 más no sé si había. Estaban “Pelusa” Wiggenhauser, “Catita” Rech, una chica de Kamarosky, que no recuerdo su nombre, Raquel Barabaschi, Estela González, y había una compañera Pitz también. Los muchachos estaban Edgardo, Nelson, Pety, “Pepino” Raúl Calvo, vos sabes que le dicen Pepino porque yo le puse Pepino, Oscar Brendle, el Negro Núñez no porque lo habían mandado a Santa Rosa. Después estaba un chico de apellido Sorati, hijo de un policía que había acá, estaba también Atilio Moyano.


_Che Carlitos tenían buenos jugadores en ese grupo.

_Si, había buenos jugadores. El Negro Núñez fue un 9 de área espectacular. Pero en ese tiempo había muy buenos jugadores acá. Llegar a primera en ese tiempo costaba muchísimo. Pasaron los años y también pude jugar en primera. Tu viejo también jugo en Primera.


_Carlitos me han dicho que eras bueno jugando al fútbol. ¿En qué posición jugabas?

_Jugaba de 8. Cuando me fui a Córdoba llegué a jugar en Belgrano. Fue así, yo vivía a dos casas de por medio del que era en ese entonces el Presidente de Belgrano de Córdoba. Un día este señor me dice, ¿che hay un cuadrangular el próximo fin de semana, querés jugar con nosotros? Y jugaba Instituto, Talleres, Racing y Belgrano. Y jugué, me encantaba el fútbol. En esa época estaba “la Pepona” Rinaldi, “el Pancho” Rivadero, ellos eran jugadores de Belgrano en ese entonces. En Talleres estaba Daniel Willington, así que ¡mira vos! La cosa que jugamos el cuadrangular y tuve la suerte de hacer 3 goles. Entonces mirá lo que pasó, me dijeron vení a jugar con nosotros que te compramos. Les dije que estaba fichado en mi pueblo en el Club Social y Deportivo Winifreda. Me dicen “vos andá habla en tu pueblo y te venís a jugar para Belgrano”. Vengo a Winifreda, en ese momento mi viejo era el presidente del Club. Le explico, bueno la cosa que no sé dio. Winifreda para ese entonces ya había vendido a Pedro Verde. Winifreda siempre tuvo buenos jugadores. La cosa que lo mío en Belgrano no se dio y desde entonces nunca más jugué al fútbol. Colgué los botines. Nunca más jugué al fútbol.


Debo decir que para ese entonces yo estaba empezando a vivir otra etapa, empezaba a vivir el mundo de la bohemia cordobesa. Ya me gustaba las guitarreadas, el compartir el vaso de vino, esas largas noches de Córdoba, bueno acá en Winifreda siempre hemos sido bolicheros, no estoy diciendo ninguna novedad. Pero antes de eso también fui jugador de Tenis, incluso representamos a La Pampa en Mendoza con el Nolito Wiggenhauser. La cosa que ahí jugamos el Torneo Argentino de Tenis, y nos cagaron a pelotazos, jaja.


_Carlitos de que se trataba ese mundo que conociste en Córdoba además de esas largas noches de bohemia.

_Me fui a estudiar Arquitectura, pero igual rendí tres exámenes de ingreso a tres carreras y en las tres quedé. Como acá había andado bien con Davor en el colegio en Anatomía, fui y rendí para entrar en medicina. También me gustaban los fierros, por lo que me metí y rendí para entrar en Ingeniería. Ingeniería me quedaba en la esquina y Arquitectura me quedaba más cerca, a media cuadra entonces también me meto y rindo en Arquitectura. La cosa que entré en las 3. Pero tuve circunstancias muy particulares. Cuando ya estaba aprobado en medicina el “Lelo” Isa, es decir Alberto, él ya estaba en segundo o tercer año de medicina. Me dice “Vení, vamos a ir al clínicas, yo te voy a mostrar. Porque eso es hospital escuela, sobre los quirófanos hay bóvedas de cristal, de vidrio, entonces desde ahí arriba todos los estudiantes pueden observar las operaciones, así funciona. La cosa que fuimos a observar una de esas operaciones. Vos sabés que cuando cortan, no es que van cortando y la sangre va apareciendo de a poco. No, cortan y la sangre brota de golpe, hace un efecto tremendo. Bueno ese día se terminó el estudiante de medicina (Carlitos estalla en una carcajada).


Mientras tanto en Ingeniería el día que fui se toma la facultad y también fueron los milicos. Ese día me pegaron un cadenazo los canas que no me olvido más.


La cosa que al final solo me quedo en Arquitectura y termino viviendo la mejor época de Arquitectura. Esto era por el año 1972. En esa época se puso en práctica un sistema educativo conocido como Taller Total, capaz que Hugo Villalva te pudo haber contado algo de eso…

( http://www.tlps.com.ar/la-experiencia-del-taller-total/ ) ( https://tallertotal2021.wixsite.com/5encontro/taller-total?lang=es )

_Si, Hugo me hablo de esa experiencia educativa, política y cultural.

_Para mí fue uno de los mejores sistemas educativos que hubo.



La facultad de Arquitectura se toma en 1970 por los estudiantes y profesores,  y se organiza de forma integral lo que se dio en llamar Taller Total de Arquitectura de la Universidad Nacional de Córdoba.


_Bueno, vos que después de que nos recibimos yo tuve la oportunidad de viajar. Cuando me preguntaban de donde venía yo y les decía que mi formación era la del Taller Total de Córdoba, ya era otra cosa, querían saber cómo había sido esa experiencia. El Taller Total era algo integral, trabajábamos todos. Trabajamos los de primer año con los de Tesis, que eran los de sexto año. Cómo se armaba la estructura, a mí me tocó hacer vivienda, me tocó hacer educación, industria, salud y transporte. Que fue con lo que me recibí. Diseñé una terminal de ómnibus en Jujuy. El proyecto urbanístico de ese lugar lo hice con un pibe de allá de Jujuy. Después se pidió el proyecto a la facultad, y la terminal de ómnibus de Jujuy está emplazada donde nosotros la habíamos proyectado. La terminal está en la entrada de Jujuy. No está metida en el medio de la ciudad. Que es una de las críticas que hice a donde está ubicada la terminal de Santa Rosa. Hay que sacarla de ahí. Bueno no me quiero ir del tema. Nosotros proyectamos con el Taller Total viviendas sociales. Porque Arquitectura estaba muy politizada en ese tiempo. O sea, no diseñábamos grandes mansiones. Se hacían viviendas sociales. Bueno también tiene que ver con cosas que uno lleva dentro. En mi caso no soy Formalista, soy Funcionalista hablando desde las perspectiva o corriente de la arquitectura. Es decir para mi es más importante la función que la casa te brinda cuando la haces que la forma de la casa, ¿entendés?


_Sí, es un concepto político y técnico.

_Exactamente. Y es un concepto ligado a lo familiar. Cada cosa en ese diseño de esa casa tiene que tener su espacio y a su vez estar integrada. Después cuando hicimos salud, proyectamos el hospital de niños de Buenos Aires salió de la facultad de arquitectura de Córdoba.


_ Carlos algo de esto supo hablar y desarrollar el Arquitecto Rodolfo Livingston y que en Cuba lo quieren mucho por todo el aporte que realizó en el desarrollo de viviendas familiares…

_Claro, dentro de ese tipo de arquitectura está la arquitectura familiar. Cuando yo he realizado mis proyectos siempre pensé que la casa hay que usarla en su totalidad. Con el tiempo pensé que en cierta forma estaba equivocado. Me ha pasado que en la que fue mi casa, la de la avenida que hoy es de Rosita Stremell. Pensaba en que entro a mi casa y tengo que ir para el comedor, para la cocina, para el “star”, para los dormitorios y para un baño de servicio sin tener que interferir en ninguno de los lugares. Eso es la funcionalidad. Eso te da la belleza interior de la casa, no la exterior y en eso está la diferencia. Si vos conjugas las dos cosas estás en la arquitectura ideal, que es muy difícil lograrlo. Uno aprende de los pueblos que la gente no tiene la capacidad económica como para hacer una gran mansión, entonces dentro de lo reducido que puede ser la economía, que tenemos el común de los hogares. Vos tenés que tratar de unificar todo eso y resolverlo en pequeños espacios. Tal es el caso de lo que fue la casa de la familia Mutti donde hoy vive tu hermana, la casa de la calle 9 de julio. El frente de esa casa solo tiene 7 metros pero es una casa de 180 metros cuadrados. Y no tiene doble piso, y tiene buena iluminación, tiene buena circulación donde no hay invasión de espacios.



La charla con Carlitos siguió, en un recodo, en un descanso del camino del tema de la arquitectura le comento a Carlitos que alguna vez un grupo de estudiantes supimos del Winchester de Bairoletto que él tiene…



El Winchester de Bairoletto


_Uy vos sabés que me mandé una macana con ese Winchester…


_Pará Carlitos, como fue que llegó a vos, primero contanos eso.

_Yo cumplía algo así como 5 años. El viejo Baldovino como no tuvo varones, terminé siendo como un para él. Me adoraba el viejo Baldovino, y yo lo adoraba a él. Mi vieja me había hecho un sobre todo largo y Baldovino en tono de broma me decía ‘qué haces Alsogaray’, jaja

La cosa que cumplía los años, y que hace un niño ese día. Sale a recorrer a dejarse ver en el barrio a ver si le regalan algo, y eso mismo hacía yo. Ese día llego a lo de Baldovino, me saludan por mi cumple años. Y en lo de Baldovino vivía un viejito Don López, que había sido puestero en un campo que era de un tal Prezello. El padre de Prezello fue uno de los fundadores de la Usina de Winifreda (hoy CEW). El viejito este, Don López vivía ahí en el campo y Bairoletto pasaba por ahí y era un poco el refugio de él. Cuando Juan Bautista Bairoletto se va a vivir a Mendoza, huyendo de la policía, le deja de regalo el Winchester a Don López. El Winchester tenía 5 o 3 cruces, en la culata. No sé de qué serían. Quizás ¿serían las cruces de los tipos que se habría limpiado? No lo sabemos. Lo cierto es que la macana que me mandé yo cuando vine grande es hacerlo restaurar y en ese acto todo eso se borró.


El Winchester fue hecho todo de nuevo.

Bueno pero mira aquel día del cumpleaños me dice Baldovino, mirá te voy a regalar esto, era el Winchester que Don López se lo había regalado a Baldovino y Baldovino me lo regaló a mí. Don López vivía ya grande en la Clínica de Baldovino. Don López lo trajeron los Prezello a lo de Baldovino cuando vendieron el campo. Ese año cumplí 5 años, de eso me acuerdo clarito. Te imaginas cuando me vine con el Winchester ese a mi casa. Muchos años estuvo en la casa de mis padres, que era mi casa familiar. Era mi regalo y nadie lo tocaba. Ni mi viejo lo podía tocar.


Pasaron los años, me voy a Córdoba a estudiar. Cierta vez conozco a un armero, un polaco. Me acordé del Winchester. Me dijo traelo que yo te lo arreglo. Lo recuperó todo. Winchester calibre 44. Cuando lo fui a buscar estaba totalmente transformado. Empavonado los caños. Todo perfecto. Me dice el armero vení que lo vamos a probar. Sabés como lo probamos, fuimos a un lugar y llevamos una barra de hielo como los que hacía antes la cooperativa de acá del pueblo. No quedaron ni cubitos. El impacto que tenía era espectacular. Es un arma de guerra, fue la única vez que realicé disparos, en realidad fue el armero quien hizo los disparos de prueba. Tengo los papeles. Le hice todos los papeles. Hoy el wínchester es parte del legado familiar. Se lo regalé a Juan. Toda la familia conoce la historia.


Insisto, hoy perdió el valor histórico que pudo haber tenido porque todas las huellas personales, las marcas del tiempo y del uso que le dio Juan Bautista Bairoletto se perdieron cuando se lo restauró. Pero simbólicamente para nosotros sigue siendo el Wínchester de Bairoletto.




_¿Casualidad? el hijo de Carlitos y Adriana lleva por primer nombre Juan. 


Retomamos el camino de la construcción de pensar el diseño arquitectónico de las casas y la funcionalidad con que son pensadas. Queda atrás el descanso donde los habíamos apostado a charlar y tomar unos mates para escuchar aquella historia del Wínchester 44 de Juan Bautista Bairoletto, ídolo de los quemados, viejo y popular bandido rural que fue querido por los paisanos de nuestras pampas.


_Si las casas siempre las he pensado desde el concepto funcional para cubrir las necesidades de una familia. Eso implica pensar en economizar energías. Hay una cosa que son ciertas en arquitectura, las mejores orientaciones para una casa son al Norte y al Este. Porque el Oeste nos pega mucho el Sol. El Sur no tiene luz. Tiene luz natural, pero nunca tenemos el Sol desde el Sur. La casa de la avenida tiene el frente al Sur pero está toda iluminada desde su parte trasera, recibe luz del Norte y del Este. El star tiene los “Windows” hacia el Este.