WINIFREDA: PIDEN EXTENDER HORARIO DE CIERRE DEL BOLICHE :
En una nota enviada al CD, José Luis Lang aseguró que se le hace “casi imposible” mantener económicamente el comercio porque los jóvenes ingresan a las 3 y permanecen dos horas.
El administrador del único boliche bailable de Winifreda, José Luis Lang, solicitó mediante una nota enviada al Concejo Deliberante, se analice extender en media hora el cierre del local nocturno denominado “El Molino Bar”. Fundamentó su petición asegurando que se le hace “casi imposible” mantener financieramente el comercio y cumplir así con todas las exigencias y gastos que mensualmente demanda.
Expuso además, que la ordenanza que regula la nocturnidad en esta localidad, “la cual cumplo en forma ordenada”, tiene más de diez años de vigencia. “Las costumbres han ido cambiando a lo largo del tiempo en la sociedad en general. Se trata de todas formas posibles de incentivar a la clientela para que ingrese más temprano, pero estos intentos son en vano”, señaló. “Entendemos que se trata de una costumbre de la juventud. En la actualidad el ingreso de la gente es pasada las 3 de la madrugada y el horario de cierre es a las 5. Esto hace que económicamente las ventas sean cada vez menores y se esté afectando directamente al comercio”.
Lang pidió que se analice una reforma al actual horario de cierre, concretamente, que se haga “una extensión de por lo menos media hora”, finalizó su misiva.
Lang estaría sufriendo las consecuencias de un fenómeno social llamado “La Previa”, que consiste en reuniones de jóvenes en hogares antes de ir a bailar. No siempre fue así. Hace 20 años, los adolescentes winifredenses se encontraban en el reservado de la antigua terminal de ómnibus que regenteaba el vecino Gaspar Kaiser o en el pub del club y de allí iban al boliche, que ya en esa época administraba Lang. Ingresaban a las 1 o 1,30 y la fiesta duraba hasta las 6.
En otro orden, los concejales, por unanimidad, bautizaron con el nombre de “Centenario de Winifreda” al futuro parque industrial municipal, en desarrollo en un predio ubicado al norte del radio urbano.
En principio, los ediles del Frepam habían propuesto denominarlo “La Lomita”, en homenaje a una industria láctea que elaboraba manteca, quesos y crema dándole valor agregado a la producción y estaba gerenciada por empresarios locales. Luego surgieron más nombres, entre ellos, Aserradero, Los Girasoleros y Presidente Néstor Kirchner. Todos serían tenidos en cuenta para denominar las calles internas del futuro emprendimiento comercial y fabril. > Luis Barbaschi para LA ARENA 20/11/2015
